15 Julio 2012
Para Fortunato Mallimaci, doctor en Sociología, estudiar las creencias religiosas es estudiar el comportamiento de la sociedad. Es docente en la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet. Desde hace varios años dirige estudios sobre creencias y actitudes religiosas en el país. En una entrevista con LA GACETA, habló sobre las particularidades que presenta nuestra provincia.
En primer lugar, destacó que la enorme mayoría de la población, el 92%, se adscribe como católica. "En Tucumán, los evangélicos son un 4%, mientras que en otras partes del país, como en el sur, son el 21%. La cantidad de ateos es del 2%. En toda la región norte hay muy poca indiferencia. Solo un 2% de la gente dice ser indiferente a la religión. Esto, en las grandes ciudades del país, llega hasta el 20%; La media nacional es de alrededor del 12%", destacó. Según detalló, los tucumanos creemos en este orden: primero en Jesucristo y luego en el Espíritu Santo, la Virgen, los Santos, la Pachamama, el Gauchito Gil y la Difunta Correa.
"Estudiamos cada población porque las creencias tienen mucha influencia en la cultura de la gente, en sus prácticas habituales, en la política, en la salud, en la educación, en todo. Al mismo tiempo, vemos que quien decide ser disidente al catolicismo debe pagar un alto costo", resaltó.
"Aunque hay una fuerte impronta cristiano-católica, las personas creen de múltiples formas. Tienen fe a su manera y están rearmado sus propias creencias; es un movimiento general, que se está viendo en todo el país. Los milagros son un buen ejemplo: lo interesante es ver cómo la gente cree en su propio milagro, que tiene un significado diferente al que tal vez le da la iglesia. Vivimos la resignificación de los conceptos y en lo cotidiano hay multiplicidad de prácticas religiosas, intereses y decisiones", dijo. El especialista resalta que hoy se vive en sociedades capitalistas que están en procesos continuos de secularización. "Que la gran mayoría de la gente se sienta identificada con lo católico no quiere decir que lo practique", concluyó.
En primer lugar, destacó que la enorme mayoría de la población, el 92%, se adscribe como católica. "En Tucumán, los evangélicos son un 4%, mientras que en otras partes del país, como en el sur, son el 21%. La cantidad de ateos es del 2%. En toda la región norte hay muy poca indiferencia. Solo un 2% de la gente dice ser indiferente a la religión. Esto, en las grandes ciudades del país, llega hasta el 20%; La media nacional es de alrededor del 12%", destacó. Según detalló, los tucumanos creemos en este orden: primero en Jesucristo y luego en el Espíritu Santo, la Virgen, los Santos, la Pachamama, el Gauchito Gil y la Difunta Correa.
"Estudiamos cada población porque las creencias tienen mucha influencia en la cultura de la gente, en sus prácticas habituales, en la política, en la salud, en la educación, en todo. Al mismo tiempo, vemos que quien decide ser disidente al catolicismo debe pagar un alto costo", resaltó.
"Aunque hay una fuerte impronta cristiano-católica, las personas creen de múltiples formas. Tienen fe a su manera y están rearmado sus propias creencias; es un movimiento general, que se está viendo en todo el país. Los milagros son un buen ejemplo: lo interesante es ver cómo la gente cree en su propio milagro, que tiene un significado diferente al que tal vez le da la iglesia. Vivimos la resignificación de los conceptos y en lo cotidiano hay multiplicidad de prácticas religiosas, intereses y decisiones", dijo. El especialista resalta que hoy se vive en sociedades capitalistas que están en procesos continuos de secularización. "Que la gran mayoría de la gente se sienta identificada con lo católico no quiere decir que lo practique", concluyó.
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