12 Julio 2012
DOLOR. Los Alarcón velan a sus familiares, todavía hay cinco desaparecidos. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
El 26 de febrero de 1977 Leonardo Roldán tenía apenas siete años. Ese día, un grupo de hombres armados vinculados a la última dictadura militar se llevó a ocho integrantes de su familia. Treinta y cinco años después un grupo de especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense le entregó los restos óseos de su abuelo, Avelino Alarcón, y de sus tíos Hugo Marcelo Alarcón y Miguel Avelino Alarcón que fueron encontrados en una fosa común.
Ayer, luego de recibir la visita de los forenses, la familia Alarcón organizó un velatorio en su casa. Nélida Alarcón, hija y hermana de los desaparecidos, estaba llorando cuando LA GACETA llegó al lugar. En un breve diálogo dijo: "tenía la esperanza de encontrarlos con vida". Juan Roldán, su esposo, explicó el momento que atraviesa su familia. "Lo que nos pasó nos destrozó la vida. Cuando mi mujer los iba a buscar en la Policía y en el Ejército le decían que nunca los habían visto. Es muy importante que hayan encontrado sus restos para que la sociedad deje de tener miedo", señaló Roldán.
Según dijeron los Alarcón, los tres desaparecidos eran simpatizantes de la Juventud Peronista (JP). "No eran gremialistas y lo único que hicieron fue participar en un partido político como lo podía hacer cualquier otra persona. Además nunca les concedieron el derecho a defenderse. Los forenses nos dijeron que en sus huesos hay señales de que fueron torturados y ejecutados. En sus cráneos están los rastros la bala que los mató. Estas pruebas sirven para algunos sectores de la sociedad dejen de sostener que todo lo que ocurrió en la dictadura fue mentira", agregó Roldán.
En febrero de 1977 también fueron secuestradas Argentina Adelaida Sosa de Alarcón, Virginia Rosa Olivera de Alarcón, Mónica Silvia Alarcón (de un año), Arcelia del Carmen Alarcón y Argentina Alarcón. Todas estas mujeres todavía permanecen desaparecidas. Tal como anticipó la familia Alarcón, hoy se enterraran los restos de los tres hombres que fueron encontrados.
Por otra parte, dijeron que la unificación de las causas "Arsenal II" y "Jefatura II" es positiva, pero reiteraron el pedido de mayor celeridad en los procesos judiciales. "Muchos genocidas están muriendo sin ser juzgados y muchos de los que fueron condenados a prisión están detenidos en sus casas", concluyeron.
Ayer, luego de recibir la visita de los forenses, la familia Alarcón organizó un velatorio en su casa. Nélida Alarcón, hija y hermana de los desaparecidos, estaba llorando cuando LA GACETA llegó al lugar. En un breve diálogo dijo: "tenía la esperanza de encontrarlos con vida". Juan Roldán, su esposo, explicó el momento que atraviesa su familia. "Lo que nos pasó nos destrozó la vida. Cuando mi mujer los iba a buscar en la Policía y en el Ejército le decían que nunca los habían visto. Es muy importante que hayan encontrado sus restos para que la sociedad deje de tener miedo", señaló Roldán.
Según dijeron los Alarcón, los tres desaparecidos eran simpatizantes de la Juventud Peronista (JP). "No eran gremialistas y lo único que hicieron fue participar en un partido político como lo podía hacer cualquier otra persona. Además nunca les concedieron el derecho a defenderse. Los forenses nos dijeron que en sus huesos hay señales de que fueron torturados y ejecutados. En sus cráneos están los rastros la bala que los mató. Estas pruebas sirven para algunos sectores de la sociedad dejen de sostener que todo lo que ocurrió en la dictadura fue mentira", agregó Roldán.
En febrero de 1977 también fueron secuestradas Argentina Adelaida Sosa de Alarcón, Virginia Rosa Olivera de Alarcón, Mónica Silvia Alarcón (de un año), Arcelia del Carmen Alarcón y Argentina Alarcón. Todas estas mujeres todavía permanecen desaparecidas. Tal como anticipó la familia Alarcón, hoy se enterraran los restos de los tres hombres que fueron encontrados.
Por otra parte, dijeron que la unificación de las causas "Arsenal II" y "Jefatura II" es positiva, pero reiteraron el pedido de mayor celeridad en los procesos judiciales. "Muchos genocidas están muriendo sin ser juzgados y muchos de los que fueron condenados a prisión están detenidos en sus casas", concluyeron.
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