Con laparoscopia le extrajeron un riñón a una donante viva

Con laparoscopia le extrajeron un riñón a una donante viva

Con el uso de la técnica, el Centro Privado de Cardiología se sumó a una política mundial de salud pública.

TODO ES POSIBLE. Blanca, rodeada del equipo médico, destacó que el amor incondicional de su madre le permite prolongar su vida. LA GACETA / FOTOS DE HECTOR PERALTA TODO ES POSIBLE. Blanca, rodeada del equipo médico, destacó que el amor incondicional de su madre le permite prolongar su vida. LA GACETA / FOTOS DE HECTOR PERALTA
El trasplante renal dejó de ser noticia en Tucumán. Desde la primera intervención -en julio de 1988- hasta la fecha se efectuaron alrededor de 500 injertos renales en la provincia, la mayoría con donantes cadavéricos. Lamentablemente, la minoría de las cirugías fueron resueltas con donantes vivos (familiares directos del paciente con alto grado de compatibilidad histológica). Esto se debe a que los parientes se niegan a donar un riñón.

En el Centro privado de Cardiología (CPC) la semana pasada se realizó otro trasplante renal, pero esta vez con donante vivo: Blanca Azucena Rodríguez, empleada doméstica de 48 años, le donó un riñón a su hija Claudia Daniela Torres, de 29 años y madre de cuatro niños. La noticia cobra importancia porque fue la primera vez que en Tucumán se empleó la vía laparoscópica para extraer el riñón sano de la donante viva. Se reemplazó la tradicional incisión de 25cm de longitud por una de tan sólo 5cm (ver gráficos).

"Esta técnica ya se viene aplicando en los donantes vivos de todo el mundo con dos objetivos bien definidos: en primer término para beneficiar al familiar donante con una operación miniinvasiva que reduce los tiempos de internación y propone una pronta recuperación. En segundo lugar se busca aumentar el índice de donantes vivos, ya que el temor a la cirugía también es otro de los impedimentos que frenan la donación", detalló el doctor Fernando Gómez Huamaní, uno de los nefrólogos del equipo de trasplante.

"En todo el mundo pasa lo mismo: la demanda de pacientes que necesitan un trasplante renal supera ampliamente la oferta", acotó el urólogo Ricardo Rasguido. Al emplear la vía laparoscópica, prosiguió, se baja la morbilidad (dolor posoperatorio, la incisión, el riesgo de infección) y al tratarse de una herida tan pequeña se contempla también lo estético. Se incorpora esta técnica para mayor comodidad del donante, para que más gente se anime a donar.

"Aquí ponemos el acento sobre la persona sana (donante vivo) que no debería sufrir por perder un órgano. Es una política de salud mundial para aumentar el índice de donantes. Está comprobado que el donante se recupera tan rápido que a las 72 horas regresa caminando a su casa y a la semana reanuda sus actividades", subrayaron Gómez Huamaní y Rasguido.

También participaron del trasplante los doctores Julio Dantur (cardiocirujano), Juan Carlos Santos y Sandra Reinoso (nefrólogos) y Pablo Nasca (cardiólogo clínico). En el CPC llevan realizados 225 trasplantes, 25 de los cuales se efectuaron en lo que va del año.

Amor sin límites
Todo lo dicho por los médicos fue corroborado por Blanca. Cuando ingresamos a su habitación estaba levantada, de pie y caminando. "Hace 48 horas que me sacaron el riñón que le doné a mi hija. Estoy muy bien gracias a Dios y a los médicos. Lo más importante es que mejoraré y prolongaré la vida de mi hija. Es muy joven y sus cuatro hijos, mis nietos, la necesitan. Todavía no la vi, pero sé por los médicos que el riñón que le doné comenzó a funcionar a las pocas horas de ser injertado... Me siento muy feliz, inmensamente feliz...", expresó Blanca, madre de siete hijos (Claudia es la segunda).

En el servicio especial para trasplantados Claudia se mostró emocionada. "Hoy puedo asegurar que cuando hay un amor tan grande como el de una madre para con su hijo todo es posible. Tomé conciencia de que debo cuidar este riñón que me donó mamá y también a uno de mis hijos -Fernando, de 12 años- que quedó con un riñón: le sacaron el otro porque sufrió una infección grave. No quiero que llegue a diálisis, como me pasó a mí. Yo abandoné el tratamiento y terminé perdiendo los dos riñones", narró la paciente con voz entrecortada.

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