La ultraviolencia fue imaginada hace 50 años

La ultraviolencia fue imaginada hace 50 años

En su novela profética de 1962, Anthony Burgess describió las crueles andanzas de una patota de jóvenes.

PORTADAS. Se reprodujo en sucesivas ediciones y traducciones. PORTADAS. Se reprodujo en sucesivas ediciones y traducciones.
03 Julio 2012
Todo empieza en el bar lácteo Korova, donde Alex, Pete, Georgie y el Lerdo toman leche-plus (con velocet, synthemesco o drencrom): así se preparan para ejercer, un día más, la crueldad y la destrucción. Que Alex narre en nadsat, una jerga adolescente que mezcla palabras del ruso con cockney (dialecto de los barrios populares londinenses) vuelve atemporal "La naranja mecánica", la novela más conocida de Anthony Burgess, escrita premonitoriamente en 1962.

En ese entonces no había patotas que mataran a patadas al primero que les saliera al paso; conductores que circularan por el carril contrario a toda velocidad; bebidas energizantes ni vándalos que destruyeran el mobiliario urbano por el solo placer de la destrucción. Tampoco los polémicos mecanismos represivos del Estado democrático. Es el denso paisaje social que el escritor británico describió, más como profecía que como novela.

Antes, la ciencia ficción ya había provisto "Un mundo feliz", de Aldous Huxley; "1984", de George Orwell; y "Fahrenheit 451", de Ray Bradbury. Sin embargo, a comienzos de los 60, la obra de Burgess -en el límite del género- constituyó una utopía tan dura como aquellas.

La edición estadounidense y la recordada adaptación al cine que hizo Stanley Kubrick en 1972 suprimieron el capítulo 21. Burgess lo sintetizó para una reedición: "mi joven criminal protagonista crece unos años. La violencia acaba por aburrirlo y reconoce que es mejor emplear la energía humana en la creación que en la destrucción. La violencia sin sentido es una prerrogativa de la juventud; rebosa energía pero le falta talento constructivo". Los lectores en general elegían esta versión, pero el autor advirtió que el capítulo 21-original- fue escrito "únicamente por motivos económicos". Anthony Burgess (1917-1993) había sufrido la violencia extrema en su propia casa: su mujer fue atacada salvajemente por marines estadounidenses -en la II Guerra Mundial-, y perdió el hijo que esperaban. También estudió las complejidades lingüísticas de James Joyce; compuso música de cámara y algunas obras para orquesta. Publicó ensayos y varias novelas: Inside Mr. Enderby, Nothing Like the Sun, The Wanting Seed, Trémula intención y Poderes terrenales. Pero fueron Alex y sus secuaces drugos quienes lo inscribieron para siempre en la cultura popular.

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