La casa de los Supersónicos, un sueño real

La casa de los Supersónicos, un sueño real

Desde abrir la puerta a distancia con tu celular hasta cerrar las persianas cuando sale el sol. Dos técnicos tucumanos cuentan qué se puede hacer con la domótica

01 Julio 2012
Escena 1: volvés del trabajo y el lector de huellas digitales de la puerta registra que sos vos; entonces, prende la tele en tu canal favorito y al volumen que te gusta, abre las persianas que dan al jardín y -de paso- activa el sistema de riego. Además, enciende la calefacción del baño, porque hace frío y "sabe" que en media hora vas a estar dándote una ducha. En ese tiempo ya habrá cerrado las persianas de tu cuarto, y habrá encendido las lámparas de la mesa de luz y el equipo de música.

¿Excesivo? Puede ser. ¿Un mimo que, si pudieras, te encantaría recibir? Lo más probable. ¿Posible de concretar? Definitivamente sí. ¿Alcanzable con un bolsillo de este planeta? Charlable...

El primero es un mínimo ejemplo de lo que se conoce como domótica (domos = casa + robótica), un sistema de automatizaciones más o menos simples que trabajan en conjunto y convierten una casa en "inteligente". Es decir, eso que escuchamos de los "edificios inteligentes", como la sede de la Legislatura provincial inaugurada hace pocos meses, también puede aplicarse a una vivienda común y, de hecho, se hace bastante más a menudo de lo que se pueda pensar.

"Básicamente, se puede controlar todo; lo que te imaginés y lo que no, también. En una central tenés el plano de toda tu casa y sabés qué es lo que está pasando en cada sector: si la luz está prendida o apagada, si hay o no gente, si hay artefactos encendidos...", describe Mario Sueldo (34 años). Él es ingeniero electrónico egresado de la UNT y se dedica a la automatización y a la domótica desde hace unos seis años.

Confort, seguridad y ahorro de energía son las ventajas de construir -o transformar- una casa inteligente. "A partir del trabajo conjunto entre el arquitecto, el diseñador de interiores, el técnico y el cliente, esos tres pilares están asegurados y sin que signifique un gasto impensable para alguien que está invirtiendo en una casa nueva, remodelando o ampliando una vieja", afirma por su parte Martín Pérez (32), técnico electrónico especializado en sistemas de comunicación.

Escena 2: estás en el trabajo. Tu mamá anda cerca de tu casa y quiere dejarte en la heladera un par de bolsas de verduras que te compró, pero no tiene llaves. Desde tu celular oprimís un botón, se abre la puerta y tu mamá está adentro en un instante. De paso, con otro botón ponés llave a tu cuarto, porque es un desastre y no querés ni que se asome.

Esto último suena a pan comido para la tecnología actual: "desde que existe Internet la distancia ya no es algo en lo que tengamos que pensar. Es decir, si hay algo que pueda ser encendido o apagado, entonces puede ser controlado a la distancia con una computadora. En una casa domotizada todo puede ser manejado desde el celular", afirma Pérez.

Los artefactos comunes, como la TV, el equipo de música o el acondicionador de aire pueden integrarse fácilmente a la automatización de una casa. "Si funcionan a control remoto, mucho mejor, porque es más fácil y podés tener control absoluto del aparato. Al resto hay que adaptarlo, y generalmente se pueden encender o apagar, nada más", dice Sueldo. De esta manera es posible, por ejemplo, encender el acondicionador o la calefacción antes de llegar y programarlos a la temperatura deseada. Además, todas las automatizaciones se controlan a partir de la temperatura exterior o del nivel de luz del ambiente, entre otras variables.

Según los instaladores, lo más solicitado en Tucumán es la generación de "escenas" programables (combinación de luces para crear climas) en el living y en el dormitorio; el control de acceso por huellas digitales o proximidad (llave electrónica que se empareja con un lector colocado en la puerta) y todo lo relacionado con la seguridad. Sin embargo, ya hay clientes que domotizan toda la casa. "Cuando estas cosas funcionan por separado hablamos de automatizaciones, pero si empiezan a vincularse entre sí, entonces podemos hablar de domótica", explica Sueldo.

Escena 3: estás en tu cama a punto de dormirte y se te abre un ojo: no sabés si apagaste o no las luces de la cocina o del baño de abajo. Agarrás tu celular, presionás all lights off y tu casa duerme tan tranquila como vos.

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