Conversando con Andrés Rivera

Conversando con Andrés Rivera

El autor de El farmer habla sobre su obra, sus métodos y sus gustos.

EL ESCRITOR QUE NO LEE LO QUE PUBLICA. Rivera, quien considera que los dos libros que lo sobrevivirán son  REVISTAENIE.CLARIN.COM EL ESCRITOR QUE NO LEE LO QUE PUBLICA. Rivera, quien considera que los dos libros que lo sobrevivirán son REVISTAENIE.CLARIN.COM
10 Junio 2012

ENTREVISTA

RIBAK, REEDSON, RIVERA

MARÍA TERESA ANDRUETTO Y LILIA LARDONE

(Ediciones de la Flor - Buenos Aires)

Despejemos incógnitas. Ribak es Marcos Ribak, el seudónimo del escritor porteño que conocemos como Andrés Rivera; y Reedson es Arturo Reedson, su alter ego, el personaje de ficción que lo representa en sus textos más autobiográficos. Lardone y Andruetto son dos conocidas y prolíficas escritoras cordobesas que sintetizan en este libro una serie de conversaciones (entre 2005 y 2008) con Andrés Rivera, que desde 1989 vive la mitad de su tiempo en Córdoba, donde se desempeña como vicepresidente de la Fundación Pedro Milesi y de la Biblioteca Popular de Bella Vista.

A lo largo de estas jugosas charlas, Rivera se explaya acerca de sus orígenes (infancia en un hogar obrero de origen judío, militancia en el Partido Comunista, operario en una fábrica textil) hasta su ingreso en la literatura. Habla de sus cuentos y novelas y, fundamentalmente, habla de historia, que es la materia de sus libros, cada vez más económicos estilísticamente. Las luchas sociales, la militancia y la anomia política están presentes en su conversación y en su obra. Sus libros tienen la particularidad de rastrear el pasado para tratar de entender el presente, con personajes que fluctúan entre la realidad y la ficción. El general Paz, Castelli, Rosas y Fioravanti, entre otros, adquieren una dimensión mítica en su literatura. "Si no hubiera estado Sarmiento, habría sido el mejor escritor del país" dice refiriéndose a José María Paz.

En estas conversaciones habla de su admiración por el estilo austero de algunos narradores norteamericanos (Faulkner, Hemingway y Hammet, principalmente) y también por la obra de Borges, de la cual destaca constantemente su uso de los adjetivos.

Rivera sabe que su propia obra es extensa y que son dos los libros que posiblemente lo sobrevivan: La revolución es un sueño eterno y El farmer. Igualmente muestra su preferencia por Ese manco Paz.

Esclarecedor
Como buena parte de los escritores serios y prolíficos, no lee lo que publica, no vuelve sobre sus libros; sabe que al tiempo que le resta debe ocuparlo en leer la obra de otros y en producir nuevos textos. Llama la atención la simpleza con que responde a la pregunta sobre su método de escritura, con precisión de días, horas y minutos. A esta altura de su vida, Rivera ya es su literatura; la concreta, por lo general, en primera persona. Y se permite definirla así: "Lo que digo responde al modo como lo digo, y el modo como lo digo responde a lo que quiero decir."

Ribak, Reedson, Rivera es un libro que deben leer los seguidores de este autor, también quienes deseen entrar en su mundo narrativo y, muy especialmente, los escritores. Las preguntas de las autoras son inteligentes; y las respuestas, esclarecedoras. La edición es impecable y cuenta con un plus muy interesante: el buen criterio editorial de Lardone y Andruetto las lleva a interpolar fragmentos de diferentes obras de Rivera, a modo de ejemplificación, mientras el autor va respondiendo a las preguntas. Creo que estamos ante un libro fundamental para el conocimiento de nuestra historia y de nuestra literatura.

© LA GACETA
ROGELIO RAMOS SIGNES

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