Fueron por las canciones y ahora valoran la cultura

Fueron por las canciones y ahora valoran la cultura

En el curso de coreano el año pasado había sólo cuatro alumnas. Ahora el aula se llenó: son fanáticas de la música pop y de las telenovelas. LA GACETA asistió a una divertida clase del Departamento de Lenguas Extranjeras en la Facultad de Filosofía y Letras

¡NO ES DIFÍCIL! Las alumnas participan activamente de la clase y escriben con naturalidad la complicada grafía del idioma asiático. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO ¡NO ES DIFÍCIL! Las alumnas participan activamente de la clase y escriben con naturalidad la complicada grafía del idioma asiático. LA GACETA / FOTO DE INES QUINTEROS ORIO
Una vez más la Facultad de Filosofía y Letras está tapizada de carteles, y abruma el bullicio electoral en los interminables pasillos. Al final de uno de ellos, en el aula 121, detrás de la puerta se escuchan palabras extrañísimas. Es jueves a la tarde y es la clase de coreano. Adentro, ajenas al ruidaje, unas 20 alumnas escriben en sus cuadernos una lista de palabras ininteligibles que les dicta Elena Yoon. En voz alta, la profesora recalca cada sílaba, articula cada fonema y controla cómo la transcribe cada alumna en su cuaderno.

El año pasado eran cuatro alumnas. Ahora son casi 20. Algunas son de la Facultad: Nancy estudia Inglés, Noelia, Trabajo Social; Brenda, Psicología; Cinthia, Arte; Paula y Marisol, Letras. Las demás van al secundario: al Colegio del Huerto, al Santa Catalina, a la Escuela de Comercio, a La Merced. Y también está Liliana Palacios, profesora de Geografía. LA GACETA quiere saber qué las motiva a estudiar.

"Es una lengua muy interesante, que abre la puerta a un mundo cultural muy diferente del nuestro. A través de la lengua se descubre mucho de la cultura -la idiosincrasia, la forma de tratar a los mayores, la manera de relacionarse, la religión...-. Estoy contenta y me encanta que haya tantos jóvenes. Hay bandas pop coreanas que están teniendo trascendencia mundial y las mismas alumnas ven telenovelas coreanas, las siguen, las entienden; vienen a las clases con inquietudes; de pronto es una exigencia para la profesora. Traen de la TV trozos de estos dramas y las canciones; están muy motivadas. Se saben todas las letras de las canciones", revela Palacios.

La profe Yoon se dirige al pizarrón y escribe la lista con una caligrafía que parece propia de ecuaciones matemáticas. "¿Qué cuesta más?, es la pregunta, y al unísono contestan: "¡hablar! ¡La grafía es fácil!"

En un alto, Noelia explica que las atrajo al idioma la música coreana: "el K-pop: Super Junior, SHI Nee, B1A4, 2NE1, SNSD, B.A.P., y solistas como Kim Hyun Joong y Ailee. Somos un grupo de fans club de varias bandas y solistas. Como nos conocemos nos inscribimos todas juntas en el curso". Marisol se diferencia: "quiero estudiar lingüística española en Corea del Sur y hacer una investigación para enseñar lengua española". "Es una cultura diferente, que tiene muchos aspectos. Inglés, estudian todos", dice Paula. "Me gustaría conseguir una beca para ir a Corea y estudiar una carrera allá. También entré por la música, pero me interesó poco a poco el idioma y, por detrás, la cultura. Me gustaría enseñar allá", expresa Nancy, mientras muestra la carátula del libro de texto que les mandó a cada una la embajada de Corea.

Si bien la mayoría estudia coreano a partir de la música (tienen grandes fotos de sus ídolos en la carpeta), Nancy dice: "lo que menos hablamos aquí es de música. Hablamos de costumbres y de la comida. Aprendimos a hacer una comida tradicional, kimbap, una especie de sushi con vegetales".

"Aproveché el feriado de Pascua e hice comida para ellas. No quiero perder ni una clase", bromea la tímida profesora y se excusa de que ella habla poco. Pero se toma el trabajo de explicar las diferencias de pronunciación entre consonantes en un corte del sistema fonador, donde va marcando cinco puntos de emisión. Luego dibuja los signos cielo, humano y tierra, correspondientes a las vocales.

Hace 28 años que Elena llegó a Tucumán con su familia, proveniente de Kimpo, Corea del Sur, donde trabajaba como empleada pública. Aquí comenzó a enseñar en la escuela.

"Me gusta enseñar el idioma y la cultura -afirma con humildad-. Nos divertimos mucho en cada clase".

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