Los agresores buscan que sus mujeres dejen de trabajar para generar dependencia económica

Abandonar a ese hombre no es tarea sencilla. ¿Cómo dejarlo si no se tiene un lugar en el cual dormir? ¿Quién mantendrá a los hijos de la pareja? ¿Cómo escapar de ese círculo vicioso? Las estadísticas de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la provincia son claras; en el 41 % de las denuncias que recibieron en los últimos dos años, la mujer víctima depende económicamente de su pareja, lo que le impide tomar la decisión de romper el vínculo.

"No es fácil el corte. Romper el vínculo con la pareja no es fácil, sobre todo cuando hay hijos de por medio y una dependencia económica. Se va reduciendo la autoestima de la persona, generando una dependencia con el agresor. Las leyes todavía son insuficientes, tiene que haber todo un estamento de apoyo para que esa persona cambie de actitud", comentó la directora de la OVD, Marta Palazzo.

La OVD cumplió el jueves dos años tratando de facilitar el acceso a la justicia de las víctimas de violencia doméstica. "De lo que se trata es que cada caso sea adecuadamente atendido. Es un proceso a veces no tan corto de decisión para realizar la denuncia. En dos años se acercaron a la oficina más de 4.500 personas, de las cuales 2.960 han radicado denuncia", comentó la vocal de la Corte, Claudia Sbdar, una de las impulsoras de la OVD en la provincia.

Entre los casos denunciados, 1.665 pertenecen a grupos familiares ubicados dentro de un segmento social bajo, desde el punto de vista económico, según las estadísticas de la OVD.

Edad e instrucción

"La edad promedio mayoritaria de la persona que ha agredido está entre los 30 y los 39 años, y en la mayor parte de los casos son personas que por lo menos tienen educación primaria, y el segundo estándar son personas con estudios secundarios. Es un dato muy importante para evaluar, desde el punto de vista social", consideró Sbdar.

El otro dato que surge de las denuncias que receptó la OVD, y que destacó la vocal de la Corte, es el tipo de violencia. "La mayoría es psicológica; en un segundo momento tenemos una violencia física, en un tercer momento económica y por último la sexual. En muchos casos se combinan estos hechos de violencia", precisó la jurista.

En rigor, en 2.548 casos el agresor ejercía violencia psicológica a la víctima, y en 1.858 la agresión fue física.

"Dejá de trabajar"

La jefa del Departamento de Violencia Familiar de la Municipalidad capitalina, Lucía Briones, dijo que la dependencia económica responde a una característica propia de esta problemática. "En muchos casos, las víctimas no son personas que carezcan de estudios para poder tener un trabajo formal. Al momento de casarse, ellas tenían trabajo. Las personas agresivas las vuelven dependientes, las aíslan de su entorno y les dicen que no necesitan trabajar, y que es mejor que se queden en casa, cuidando a los hijos", explicó Briones.

Por eso, la especialista considera que el Estado debe arbitrar los medios para que las mujeres tengan alternativas de ingresos económicos, y puedan animarse a romper ese vínculo violento. "Hay que ayudarlas a reinsertarse económicamente. Una de las alternativas es que, junto con la prohibición de acercamiento del agresor, se otorgue a la mujer una asistencia económica durante un año, como tiene España, hasta que pueda conseguir trabajo", dijo Briones.

La funcionaria contó que, cuando comienzan a hilar más fino en la historia de las mujeres víctimas de violencia doméstica, descubren que un porcentaje importante de ellas dejó su trabajo. Es que ellas priorizan la familia, y los agresores se aprovechan para que generar dependencia.