Conocé las reliquias de nuestro pasado religioso

Conocé las reliquias de nuestro pasado religioso

Imágenes de gran belleza, exquisitas piezas de orfebrería y valiosos óleos son algunos de los objetos que atesora el museo de la Catedral.

DOLOROSA. Talla de madera policromada y encarnada. Proveniente del Alto Perú.  LA GACETA/ FOTOS DE ANALIA JARAMILLO. DOLOROSA. Talla de madera policromada y encarnada. Proveniente del Alto Perú. LA GACETA/ FOTOS DE ANALIA JARAMILLO.

El medallón tallado minuciosamente en madreperla conserva aún el mismo brillo que hace 300 años. En su superficie puede apreciarse nítidamente un pesebre acompañado por la inscripción "Belhlehem" (Belén). A su lado, una cruz de marfil sobriamente tallada -con pequeños relieves que semejan espinas- convive con un misal romano de tapas de cuero que data de 1702 y un rosario con cuentas de nácar. Estos sorprendentes objetos son sólo algunos de los tesoros que alberga el Museo de Arte Sacro de Tucumán y que están expuestos para vecinos y turistas.

Fundado en 1968, el museo reúne pinturas, imágenes, platería, ornamentos, libros y mobiliario de distintos estilos y épocas, vinculados todos con la temática religiosa. "La mayoría de estos objetos han sido donados por familias tucumanas e instituciones y conforman un patrimonio único y sorprendente", señala Sara Peña de Bascary, asesora en museología y documentación del museo.

Recientemente se recibió como donación, de parte de Carmen Aráoz Sal de Ezcurra, un espléndido retrato de monseñor Miguel Moisés Aráoz, obispo de Berissa. El óleo es obra de Ignacio Baz y tiene un marco de época que está dorado a la hoja con antiguas técnicas. "Con esta obra se incrementa el importante patrimonio del museo", apuntó Peña de Bascary. El cuadro, colocado en uno de los salones, impacta no sólo por su tamaño, sino también por su técnica impecable que hace retroceder en el tiempo: parece salido del Louvre.

El museo, ubicado en la espléndida casona situada justo al lado del edificio de la Iglesia Catedral, por calle Congreso, está repleto de objetos valiosos. Entre ellos, una colección de platería religiosa (cálices, custodias e incensarios) así como varios objetos de orfebrería de los siglos XVII y XVIII. Algunas de estas piezas pertenecieron a la Iglesia de la Compañía de Jesús de Tucumán. Tal es el caso de una casulla íntegramente bordada con hilos de oro y plata y motivos adornados con hilos de colores.

El mobiliario
Pero la visita al museo asombra no sólo por sus objetos religiosos, sino también por su mobiliario colonial. Según Peña de Bascary, la industria maderera fue muy importante en la provincia. Se decía incluso que las sillas y muebles de Tucumán abastecían al Virreinato. De allí que los muebles que atesora el museo sean un testimonio de nuestra historia: sus cicatrices hablan de un pasado glorioso que, en cierta forma, condicionó nuestro presente. Ese es el caso de la espléndida mesa de sacristía estilo Don José, realizada en madera tallada y torneada en el siglo XVIII. También se destaca un sagrario de la misma época íntegramente tallado en madera de dos tonalidades procedente de la misiones de Chiquitos.

"Nuestra colección se fue incrementando también con donaciones de la Iglesia", contó la museóloga. Entre esas donaciones se encuentran cuadros, relieves e imágenes provenientes de Europa, como el gran óleo titulado "San Pablo camino a Damasco", de Clemens von Zimmerman (1840). También reviste singular importancia el óleo "La Messe", de Gastón La Touche (1884-1913), pintor post impresionista.

Y, como en un museo todo es historia, tampoco faltan en el de Arte Sacro diversos objetos que representan hechos que marcaron la historia tucumana. Ese es el caso de un arcón del siglo XVII en el cual fueron trasladados desde Ibatín las imágenes de San Simón y San Judas. Esas esculturas fueron colocadas en 1685 en el asiento de La Toma.

El catálogo completo con los objetos del museo fue editado en un lujoso libro el año pasado.

Los salones: hasta en los pasillos se exhiben obras
El museo posee espacios amplios, convenientemente iluminados y con música ambiental acorde con la temática. Al fondo puede apreciarse el luminoso y colorido jardín, que también tiene obras.

Pesebre: pieza valiosa
Uno de los objetos más bellos es un medallón de madreperla tallada que representa la Natividad. Data del siglo XVIII.

Retrato: última donación
La pintura, de Ignacio Baz, representa a Miguel Aráoz, obispo de Berissa.

Caliz: orfebrería
Pieza de plata sobredorada fundida y trabajada a martillo del siglo XVIII. Perteneció a la Compañía de Jesús en Tucumán.

Oleo: "San Francisco"
Valiosa pintura de José Nieto Palacios, copia del original de Francisco de Zurbarán. Donada recientemente por César Rodríguez Marquina.

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