09 Marzo 2012
"TÍA VICENTA". La revista fue una creación de Juan Carlos Colombres -quien firmaba como "Landrú"-. Es una de las atracciones de la muestra. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI
Humor, sátira política y políticos. De esto trata el combo para ver, reír, pensar y disfrutar que desde hoy podrá visitarse en la Sala Principal del Museo Timoteo Navarro. La sátira política, que tiene una larga tradición en el periodismo argentino, se inició en el siglo XVIII como un intento de afianzar las libertades y de defenderlas frente al poder, ejercido con demasiada asiduidad de manera opresiva.
La exposición es una selección imperdible de imágenes de portadas de publicaciones que hicieron las delicias con su humor irónico y sarcástico a lo largo de la historia del país. "Se trata de una muestra itinerante", afirma la licenciada en Artes Raquel Zeitune, directora del Museo, respecto del evento impulsado por la Universidad de San Martín en el marco de los festejos del Bicentenario. Podrá verse en Tucumán hasta el 26 de este mes.
El recorrido incluye una proyección de 140 portadas de publicaciones que reflejan distintos momentos históricos. "Es una mirada que se acerca mucho al espectador haciéndolo pensar de una manera distinta sobre nuestro pasado y nuestro presente", explicó Zeitune.
Esta tradición de humor político tuvo uno de sus máximos exponentes en la mítica revista "El Mosquito", creación del francés Henri Meyer allá por 1863. En el Timoteo Navarro se dan cita varias publicaciones de renombre y que marcaron a varias generaciones, herederas y continuadoras del punzante estilo de la pionera.
Desde entonces los creadores cuentan con dos principios que han hecho posible que la sociedad pueda disfrutar de sus obras: uno el ya consabido de la primacía de la libertad de expresión; y otro, el que más los atañe, el denominado animus jocandi. Se trata del paraguas legal que ha permitido que la clase política haya salido casi siempre malparada ante una publicación de sátira política.
Pura tradición
Desde que Gutenberg inventó la imprenta hubo quienes la utilizaron para divulgar el humor como una forma de hacer pensar a los lectores.
Por todas estas razones resulta realmente gratificante encontrar esta muestra fresca, ingeniosa y eficaz. Un soplo de aire fresco que alimenta la propuesta del Museo Timoteo Navarro en el inicio de la temporada.
El público puede disfrutar durante la recorrida del talento inagotable del entrañable porteño-tucumano Juan Carlos Colombres,"Landrú", y su "Tía Vicenta", publicación que ponía los pelos de punta a los gobiernos de turno.
También podrá comprobar que estas obras, por ejemplo el Nº 1.197 de "El Mosquito" que data del domingo 13 de diciembre de 1885, y en la que aparece nada menos que Domingo Faustisno Sarmiento, son atemporales.
Otro tanto ocurre con las portadas de "Humor Registrado" ilustradas por Andrés Cascioli, un clásico del humor político que sirvió como trinchera durante los años de la ultima dictadura. Sorprenderá a los visitantes una tapa de 1991 dedicada a la "célebre avispa" que había picado al entonces presidente Carlos Menem. Y qué decir de una de 1978 con la caricatura del DT de la Selección argentina de fútbol, César Luis Menotti, en una extraña metamorfosis con un célebre personaje de la economía: "El Mundial se hace cueste lo que cueste", dice el raro "Menotti-José Martínez de Hoz".
La tapa del número 4 de "Satiricón" escenifica al país como un gran queso del que varios roedores, con cara de los políticos de los 70, intentan alimentarse. En el Nº 3, editado en 1973, hay dos caricaturas del ingeniero Álvaro Alsogaray y su compañero de fórmula intentando evitar los objetos que les arrojan.
Más joyas
"Caras y Caretas" está presente en la muestra con la portada nada menos que del Nº 1, que salió de imprenta el lejano 8 de octubre de 1898. Esta publicación dirigida por José Álvarez contó con el talento del dibujante Manuel Mayol y la pluma del redactor Eustaquio Pellicer.
En un plano más reciente, y en un nivel de importancia similar a los clásicos, se puede disfrutar de dibujantes de la talla de Rep, quien en un díptico sobre la historia del país derrocha talento uniendo los acontecimientos de 1810, con la gente en Plaza de Mayo, y concluye en 2010 con las Madres marchando en el mismo escenario.
Y no olvidar la creación del maestro Cognini, "Hortensia", que catapultó a la consideración nacional al humor cordobés. Mientras que la labor de Pati, de Wolf Toul y de Jorh es de una impecable factura.
La exposición es una selección imperdible de imágenes de portadas de publicaciones que hicieron las delicias con su humor irónico y sarcástico a lo largo de la historia del país. "Se trata de una muestra itinerante", afirma la licenciada en Artes Raquel Zeitune, directora del Museo, respecto del evento impulsado por la Universidad de San Martín en el marco de los festejos del Bicentenario. Podrá verse en Tucumán hasta el 26 de este mes.
El recorrido incluye una proyección de 140 portadas de publicaciones que reflejan distintos momentos históricos. "Es una mirada que se acerca mucho al espectador haciéndolo pensar de una manera distinta sobre nuestro pasado y nuestro presente", explicó Zeitune.
Esta tradición de humor político tuvo uno de sus máximos exponentes en la mítica revista "El Mosquito", creación del francés Henri Meyer allá por 1863. En el Timoteo Navarro se dan cita varias publicaciones de renombre y que marcaron a varias generaciones, herederas y continuadoras del punzante estilo de la pionera.
Desde entonces los creadores cuentan con dos principios que han hecho posible que la sociedad pueda disfrutar de sus obras: uno el ya consabido de la primacía de la libertad de expresión; y otro, el que más los atañe, el denominado animus jocandi. Se trata del paraguas legal que ha permitido que la clase política haya salido casi siempre malparada ante una publicación de sátira política.
Pura tradición
Desde que Gutenberg inventó la imprenta hubo quienes la utilizaron para divulgar el humor como una forma de hacer pensar a los lectores.
Por todas estas razones resulta realmente gratificante encontrar esta muestra fresca, ingeniosa y eficaz. Un soplo de aire fresco que alimenta la propuesta del Museo Timoteo Navarro en el inicio de la temporada.
El público puede disfrutar durante la recorrida del talento inagotable del entrañable porteño-tucumano Juan Carlos Colombres,"Landrú", y su "Tía Vicenta", publicación que ponía los pelos de punta a los gobiernos de turno.
También podrá comprobar que estas obras, por ejemplo el Nº 1.197 de "El Mosquito" que data del domingo 13 de diciembre de 1885, y en la que aparece nada menos que Domingo Faustisno Sarmiento, son atemporales.
Otro tanto ocurre con las portadas de "Humor Registrado" ilustradas por Andrés Cascioli, un clásico del humor político que sirvió como trinchera durante los años de la ultima dictadura. Sorprenderá a los visitantes una tapa de 1991 dedicada a la "célebre avispa" que había picado al entonces presidente Carlos Menem. Y qué decir de una de 1978 con la caricatura del DT de la Selección argentina de fútbol, César Luis Menotti, en una extraña metamorfosis con un célebre personaje de la economía: "El Mundial se hace cueste lo que cueste", dice el raro "Menotti-José Martínez de Hoz".
La tapa del número 4 de "Satiricón" escenifica al país como un gran queso del que varios roedores, con cara de los políticos de los 70, intentan alimentarse. En el Nº 3, editado en 1973, hay dos caricaturas del ingeniero Álvaro Alsogaray y su compañero de fórmula intentando evitar los objetos que les arrojan.
Más joyas
"Caras y Caretas" está presente en la muestra con la portada nada menos que del Nº 1, que salió de imprenta el lejano 8 de octubre de 1898. Esta publicación dirigida por José Álvarez contó con el talento del dibujante Manuel Mayol y la pluma del redactor Eustaquio Pellicer.
En un plano más reciente, y en un nivel de importancia similar a los clásicos, se puede disfrutar de dibujantes de la talla de Rep, quien en un díptico sobre la historia del país derrocha talento uniendo los acontecimientos de 1810, con la gente en Plaza de Mayo, y concluye en 2010 con las Madres marchando en el mismo escenario.
Y no olvidar la creación del maestro Cognini, "Hortensia", que catapultó a la consideración nacional al humor cordobés. Mientras que la labor de Pati, de Wolf Toul y de Jorh es de una impecable factura.
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