Buscan trabajo pero caen en redes de prostitución

Por Gustavo Cobos 20 Febrero 2012

Andrea R. escuchó una propuesta que le resultó interesante. Ella reconoce que es determinada e impulsiva a la hora de tomar decisiones, y por eso aceptó realizar la excursión. Junto a una amiga se encontraba de vacaciones en La Pampa, y una simpática mujer le ofrecía llevarla hasta La Rioja. Cuando bajaron de la camioneta sus vidas cambiaron para siempre. No tenían sus documentos ni sus ropas. Les dieron unas prendas "provocativas" y les exigieron que comenzaran a atender a los clientes. Y aunque se negaron, al tiempo tuvieron que aceptar que ya no eran dueñas de su libertad ni de sus cuerpos.

Las muchachas deberán declarar en el juicio oral y público que se sigue contra 13 personas por el supuesto secuestro de María de los Ángeles "Marita" Verón para obligarla a prostituirse. El caso de estas chicas es uno más de los tantos que hay en Argentina de mujeres explotadas por redes de trata, y desnuda una de las modalidades de reclutamiento.

Los métodos
La acusación contra los 13 imputados señala que a Marita la golpearon con un arma en la cabeza y la subieron a un auto. Esta forma de reclutar víctimas es tal vez la que más impacta en la sociedad por su violencia, pero como implican un riesgo por la exposición de los reclutadores, no es precisamente la que más se utiliza.

Las redes de trata de personas tienen un mecanismo aceitado para captar mujeres, que dista mucho de ser improvisada. En general, implican un estudio de las víctimas y el aprovechamiento de carencias sociales y económicas para atraerlas voluntariamente.

La presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, Susana Medina de Rizzo, afirmó que la mayoría de las víctimas de trata son mujeres jóvenes, con poca instrucción escolar y carencias económicas evidentes. Por eso, una de las principales formas de captación es la promesa laboral engañosa. A través de la publicación en medios gráficos o radiales de ofertas de empleos en otras provincias, las chicas llegan hasta ciudades lejanas de sus lugares de origen, y terminan trabajando como prostitutas en burdeles ubicados en zonas en las que no conocen a nadie.

Un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estableció que las propuestas de empleo a través de las cuales reclutan jóvenes varían desde trabajos en un restaurante o en una fábrica, cuidados de bebés o ancianos o supuestas promociones.

"Los reclutadores pueden trabajar de manera independiente a cambio de una comisión de dinero por cada mujer captada para otro tratante o en relación de dependencia para el regente de un prostíbulo", dice el informe de la OIM de 2010.

De esa manera, las víctimas se enteran cuál es el verdadero trabajo que deben realizar ya alejadas de sus hogares, y casi nunca pueden negarse. Las formas de extorsión para que se prostituyan pueden ser coactivas o también a través de chantajes. Además, la promesa de una "ganancia" importante sirve como argumento para que acepten por un tiempo. "Vas a poder enviarle dinero a tu familia todos los meses", le suelen decir los explotadores, aprovechándose de las necesidades económicas.

Fugas de hogares
Uno de los viejos paradigmas de la desaparición de personas que las organizaciones que luchan contra la trata de personas buscan combatir, es la fuga de los hogares de adolescentes que se van voluntariamente, motivadas por una pelea con sus padres o por algún otro motivo que tal vez parezca insignificante.

Esa fuga de hogar puede estar inducida por un reclutador. En 2011, la división Trata de Personas de la Policía tucumana rescató en la terminal de ómnibus a una adolescente de 14 años de San Juan, que iba a reunirse con un hombre en Chaco que la había contactado a través de la red social Facebook. El muchacho le había prometido casa y comida, y la menor abandonó su entorno familiar. La investigación permitió que el reclutamiento no se realice.

Pero en los casos en que las chicas se fueron de su casa por un motivo no inducido por otra persona relacionada con la trata de personas, se está en presencia de una potencial víctima, por lo que también son reclutadas aprovechando esa vulnerabilidad emocional y familiar. "Muchas de las denuncias que recibimos en la fundación María de los Ángeles no siempre constituyen un delito. Las chicas se van por su propia voluntad, pero el hecho de estar en la calle, desprotegidas, las hacen blanco fáciles de los reclutadores, al ofrecerles la falsa contención que están necesitando. Por eso, atender estos casos es una forma de prevención de este delito", explicó María Rosa Ponce, abogada de la fundación.

Zonas vulnerables
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) elaboró un informó sobre Trata de Personas que fue publicado a mediados de 2011, en el que establecía que las zonas de reclutamiento en el país son Tucumán, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero.

Una relatora del organismo, Joy Ngozi Ezeilo, explicó que cuando las víctimas no son secuestradas, son reclutadas a través de falsas ofertas de trabajo como camareras, secretarias, personal de limpieza o niñeras.

"Tucumán es un área típica de reclutamiento de mujeres víctimas de trata interna para explotación sexual", dice el informe, que además precisa que los destinos donde son obligadas a prostituirse son Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Chubut, Santa Cruz, y Tierra del Fuego.

Por la fuerza o a través de engaños, se inicia entonces el primer paso de un calvario del que muchas mujeres jamás lograron salir.