Googlearse: ¿un jueguito de egos o una necesidad?

Googlearse: ¿un jueguito de egos o una necesidad?

Especialistas en Recursos Humanos y en Comunicación recomiendan monitorear lo que la web dice de nosotros por lo menos una vez al mes

El que nunca se haya googleado que tire la primera piedra. Yo lo hice antes de escribir esta nota. Ya lo había hecho un par de veces antes. El resultado fue: mi perfil en Facebook, luego la web de LA GACETA con un listado de las notas con mi firma y mi perfil en LinkedIn. Hasta ahí lo esperable, nada raro.

Más abajo apareció el fotolog de una persona con el mismo nombre y una fotografía en la que todos la insultaban. Me impactó reconocer mi nombre, pero no ser yo. También un sitio que había colgado una crítica que escribí sobre una película. Luego unas entrevistas que me hicieron en un blog y otras revistas. Conclusión: salvo por ese pertubador fotolog, mi nombre gozaba de buena "googleimagen". ¿Esto es importante? Además de a uno mismo, ¿a quién más le sirve?

Las opiniones acerca de que si es bueno googlearse se dividen entre los que opinan que es puro ego y otros que consideran que es necesario, que hay que hacerlo como una manera de monitorear lo que la web dice de nosotros. ¿La frecuencia? Con una vez al mes está bien. Si sos un usuario activo en las redes sociales y los blogs, entonces, quizás cada 15 días.

"Es una realidad, una forma más de exponernos. Por eso hay que tomar recaudos en cuanto a la privacidad", explica Marisa Sánchez, ingeniera y especialista en Comunicación. Cuidar qué es lo que posteamos en nuestras cuentas de redes sociales, blogs o fotologs importa, no sólo para proteger la imagen pública, sino para evitar consecuencias en lo privado.

Muchas consultoras de Recursos Humanos buscan a los candidatos, primero a través de la red y luego publican las búsquedas en los medios tradicionales. "El reclutamiento se da por la red porque los jóvenes están ahí, en Boomerang, en Computrabajo y otras bolsas de trabajo", indica María Abbate, especialista en Recursos Humanos.

Por eso, si nos preocupamos por presentarnos a una entrevista de trabajo de punta en blanco, con CV prolijo, bien escrito y acorde a las exigencias, ¿no deberíamos saber qué es lo que Google "arroja" de nosotros? Es que, tarde o temprano, alguien lo hará. "Por supuesto que después que dejan el CV lo primero que hacemos es poner su nombre en el buscador. Sobre todo para conocerlo mejor, para saber si tiene Facebook y Twitter y cómo lo usa", remata Abbate.

En tiempos en los que todo queda registrado por una cámara o un celular y se traspola a la web, el cuidado ya no se circunscribe sólo a tener buenas notas en la facultad. A veces, los errores del pasado pueden arruinar el futuro. "Si encuentro un video en el que el candidato protagonizó una pelea a la salida de un boliche, por ejemplo, sin dudas le menciono el episodio para escuchar su respuesta", agrega Abbate. Quizás no sea la razón para tachar al postulante, pero, sin dudas, resta varios puntos. Al revés también es posible. "Hay empresas que los eligen porque descubrieron por la web que fueron abanderados", añade.

Por más inabarcable que sea, el mundo mediatizado nos monitorea; es un gran Gran Hermano.

Algunos dijeron ¡bastaaaaa!


Entre los famosos, el googleo parece ser una rutina, a veces, adictiva. La megaestrella pop Katy Perry ha decidido no buscar más información suya en Google para evitar enterarse de cosas que preferiría no saber. Dijo que en 2010 se enteró de que le propondrían matrimonio por una "alerta" de Google semanas antes. Días después aseguró que su vida estaba "mucho mejor'' sin el buscador.

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