Buscan "encadenarse" al Estado para subsistir

Buscan "encadenarse" al Estado para subsistir

Un grupo de vecinos tomó la comuna de Gobernador Garmendia para reclamar empleo, pero todo indica que no hay solución a la vista. "No hay gobierno en el mundo que pueda emplear a todos sus ciudadanos", explicó el secretario habilitado, Gustavo Pereyra.

HUMO NEGRO. Frente a la comuna quemaron cubiertas y ramas secas. LA GACETA  / FOTOS DE EZEQUIEL LAZARTE HUMO NEGRO. Frente a la comuna quemaron cubiertas y ramas secas. LA GACETA / FOTOS DE EZEQUIEL LAZARTE
26 Enero 2012
En Gobernador Garmendia, donde el Estado dice que llega a casi todas las casas, un grupo de vecinos se encadenó en la puerta de la comuna. Ellos afirman que en el pueblo no hay trabajo. Dicen también que los cargos públicos se reparten siempre entre las mismas familias. Y, con la cara y las manos manchadas por el humo de las gomas quemadas, advierten que seguirán reclamando hasta que alguien les dé una respuesta.

Sin embargo, no parece que el conflicto vaya a tener una pronta solución. "Entendemos las necesidades de la gente, pero no hay gobierno en el mundo que les pueda dar trabajo a todos sus ciudadanos", avisó Gustavo Pereyra, secretario habilitado de la comuna.

Con este panorama, los vecinos tienen pensado cortar hoy además la ruta de la entrada del pueblo. Así, cada día, el conflicto por el desempleo se va tensando en esta localidad situada casi al límite con Santiago del Estero.

Ayer, por segundo día consecutivo, nadie trabajó en la oficina de la administración de Gobernador Garmendia por la medida de fuerza que tomaron los vecinos. "Ahora que volvió de vacaciones, sería bueno que el gobernador (José Alperovich) venga por acá y haga una auditoría, casa por casa, para ver quiénes son los que cobran sueldos", dijo Beatriz Díaz, de 56 años, una empleada de la comuna que exige un puesto para su hija. Desde temprano, la mujer se encadenó junto a sus nietos y un grupo de vecinos. "Queremos una solución", señaló.

El conflicto no es nuevo. Desde la semana pasada que hay protestas en el pueblo, donde el 10% de los 5.000 habitantes trabaja para el Estado y otro gran porcentaje recibe algún subsidio o pensión, según cifras oficiales. Sin embargo, quienes no fueron agraciados sostienen que allí no hay opciones.

José Antonio Llaves tiene 28 años, mide casi dos metros y ostenta una vitalidad que, sin dudas, le permitiría ejercer cualquier oficio. "Pero no hay nada para hacer acá. Mi señora y yo tenemos un chiquito de cuatro años, y nos ocupamos con algunas changas. Eso no nos alcanza", dijo el joven.

Silvia Jiménez, de 19 años, afirma que hasta hace algunos meses compartió con una de sus hermanas un subsidio de $ 300. "Pero nos lo cortaron. Y nadie me explicó por qué", protestó.

Al menos 30 vecinos formaban parte del reclamo. Ellos saben que el panorama es desalentador. Sobre todo para quienes no apoyaron en las últimas elecciones a la delegada comunal, Angélica Manzanedo, ni a su hijo, el legislador José "Gallito" Gutiérrez. "Todos aquellos que tenemos una función política asumimos compromisos con nuestra gente y queremos cumplirlos. Y en estos cortes hay gente con la que no asumimos compromisos porque estuvieron con otros candidatos. Y es lógico que, primero, le demos una respuestas a nuestra gente. Estas personas tendrán que esperar; no les estamos diciendo ?no? por el hecho de haber votado a otros candidatos. Pero van a tener que esperar", anunció Pereyra.

Más allá de esto, las denuncias de los vecinos llovieron contra la administración del pueblo. "Si no vamos a la cosecha del limón no tenemos nada. La delegada viene los viernes, con suerte, y después se va. No está día a día con nuestros problemas", dijo Jorge Liendro, de 30 años, otro desocupado.

El secretario habilitado negó esta situación. "No es tan así. En San Miguel de Tucumán hay que hacer muchos trámites, y la comisionada vive allí. Las exigencias del pueblo obligan a hacer esas gestiones, que sólo pueden hacerse en la capital. Pero ella va a Garmendia dos, tres y hasta cuatro veces por semana", detalló Pereyra.

Otro de los reclamos está referido al sistema para asignar cargos públicos. "Es muy injusto. Acá, el que más tiene es el que más recibe. Hay familias con negocios que reciben varios sueldos", indicó Cristian Romero, de 22 años, que estaba junto a su pareja en la protesta. Ellos tienen una hija y también están desempleados.

Pereyra desechó estas versiones, y aseguró que se trata solamente de "comentarios de la calle". "Yo mismo escuché que dicen que hasta hay hijos de empleados de la comuna que cobran, pero eso no es cierto. Son argumentos que usan las personas para cortar la ruta. Aquí se hace lo que se puede, y más", aseveró el secretario.

Así, todo parece indicar que los próximos días el clima seguirá caldeado en Garmendia, donde el Estado dice que llega a casi todas las casas. Pero, a las que no llega, no hay nadie que las ampare.

Tamaño texto
Comentarios
NOTICIAS RELACIONADAS
Comentarios