Desde lo alto nada parece tan complicado

Desde lo alto nada parece tan complicado

La vista panorámica de la ciudad que ofrece el Cristo Bendicente hipnotiza. Inauguraron un Centro de Interpretación.

DE GAUCHOS. Silvia Velárdez y su nieto, Jeremías, viven en la zona. LA GACETA / FOTOS DE ANALIA JARAMILLO DE GAUCHOS. Silvia Velárdez y su nieto, Jeremías, viven en la zona. LA GACETA / FOTOS DE ANALIA JARAMILLO
30 Diciembre 2011
A los pies del Cristo Bendicente la ciudad no se ve tan dramática ni capaz de provocar claustrofbia. Desde San Javier parece mentira que esa urbe sea la que nos agobia todos los días, la que nos encierra y de la que es imposible escapar (¿será?). Pero se puede, y resulta sorprendente lo fácil que es.

El sol quema, pero la brisa continua siendo fresca bajo la sombra de un árbol. Es posible encontrar el silencio y las vistas panorámicas en cualquier sitio. A 20 minutos en auto, 40 minutos en ómnibus y un buen rato caminando, San Javier está ahí nomás. Una escapada perfecta.

Silvia Velárdez y su nieto Jeremías, de dos años, van ataviados como gauchos. El pequeño permanece inmutable arriba del caballo, mientras su abuela sostiene las riendas. "Si tengo que recomendar algún lugar siempre digo que el bosque de la Memoria, el Cristo Bendicente y la cascada de Río Noque son los mejores", sugiere Silvia, experta conocedora de la zona en la que vive.

También sugiere la granja de doña Juana, ubicada sobre la calle 14. Allí hay animales y se pueden comprar deliciosos dulces caseros. Pero sigue pensando y se acuerda del camping de doña Angélica y de otro que se llama Posta Cicle. "Los dos muy lindos y cuentan con todos los servicios", aclara.

Para aprender

Ayer se inauguró el centro de interpretación que funciona justo debajo del Cristo. Se trata de un espacio que sirve para que cada turista -y el tucumano también- conozca dónde se encuentra. En el interior hay láminas que describen las características de la vegetación de las yungas, la fauna autóctona y los más encantadores reductos naturales.

No falta una reseña acerca de JuanCarlos Iramain, autor del Cristo Bendicente. La acompaña una cronología cultural de Tucumán desde principios del siglo pasado y el contexto histórico mundial.

Uno de los atractivos son las réplicas de todos los Cristos que se erigieron alrededor del mundo. Cada uno con el nombre de su autor y el país en el que se encuentra. Además, una maqueta detalla toda la zona de San Javier y las localidades de los alrededores, como Villa Nougués y Raco, que están incluidas en el circuito de Las Yungas.

Para los más chicos es superdidáctico porque pueden conocer la ubicación de varios lugares (el Viaducto El Saladillo, Raco, el Funicular, la escuela de Agricultura, entre otros) por medio de un panel que permite prender las luces de cada sitio. Hay videos que muestran las actividades que se desarrollan en la zona, sobre todo vinculadas con el turismo aventura: trekking, parapente, cabalgatas y excursiones.

Lo mejor es que en el centro de interpretación todos los textos están traducidos al Braille y al inglés.

Fuera del Cristo también hay paneles que describen lo que se ve desde ahí. La vista panorámica de la ciudad y cada uno de los lugares que se pueden divisar. En la entrada, justo antes de comenzar a trepar las escalinatas, está instalado un puñado de artesanos. Ofrecen distintos souvenirs de madera y yeso, y algo de refrigerio.

En uno de los puestos está Susana Toledo. Desde hace 20 años ella atiende todos los días. Comenzó con una mesita en uno de los costados y ahora se extendió tanto que es uno de los puestos más grandes. Vende miles de chucherías: mates, llaveros, morteritos, portallaves, lapiceras, quenas, todo mezclado con collares, pulseras, aritos y anillos. Además, galletas, gaseosas y papas fritas. Un polirrubro al aire libre.

"Aquí se trabaja todo el año seguido, por suerte. Ahora en verano un poco más. La gente siempre quiere llevarse un recuerdo que diga Tucumán. Lo que más eligen es el Cristo y lo que está hecho en madera de palo santo", comenta.

Varias opciones en un solo lugar y a pocos minutos de la ciudad. ¿No te dan ganas?

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