Europa distingue a los pioneros de las revueltas prodemocráticas

Europa distingue a los pioneros de las revueltas prodemocráticas

Por Fernando Heller - Agencia DPA

15 Diciembre 2011
La Unión Europea (UE) reconoció ayer el sacrificio de los pioneros de la primavera árabe, la ola de protestas que se extendió desde Túnez a Siria, pasando por Egipto o Libia, en pro de una revolución democrática que sustituya a los regímenes autocráticos en esa región.

Con la entrega del premio Sajarov 2011 a la Libertad de Conciencia por parte del presidente del Parlamento Europeo (PE), Jerzy Buzek, a algunos inspiradores de ese movimiento, el viejo continente rinde tributo a quienes desbrozaron el camino que acabaría tumbando al régimen de Muammar Kadafi en Libia o al de Hosni Mubarak en Egipto, entre otros logros. "El PE reconoce los esfuerzos de todos aquellos que luchan por la dignidad, las libertades básicas y el cambio político", comentó Buzek en la ceremonia de entrega del prestigioso galardón, dotado con 50.000 euros (casi U$S 65.000), que fue recibido sólo por dos de los cinco premiados, uno de ellos con carácter póstumo.

El Sajarov, que se concede desde 1988, toma su nombre del disidente y premio Nobel, Andrei Sajarov (1921-1989), en reconocimiento a su lucha por la libertad en la extinta Unión Soviética.

Los premiados son la bloguera y periodista egipcia de 26 años, Asmaa Mahfouz, quien difundió a todo el mundo los acontecimientos de la plaza Tahrir en El Cairo, a través de Youtube; el representante del Consejo Nacional de Transición libio, Ahmed al Zubair Ahmed al Sanusi, de 77 años, y dos opositores sirios: la abogada Razan Zaitouneh, en la clandestinidad, y el caricaturista Ali Farzat, quienes no pudieron viajar a Estrasburgo.

Un momento especialmente emotivo se produjo cuando la Eurocámara guardó un minuto de silencio en memoria del joven tunecino, Mohamed Bouazizi, quien se convirtió en el icono trágico de las revueltas prodemocráticas al inmolarse a lo bonzo hace casi exactamente un año, el 17 de diciembre de 2010, en Sidi Bouzid, después de que las autoridades le incautaran el carro con el que vendía fruta sin licencia para mantener a su familia.

El sacrificio de Bouazizi, quien falleció tras una larga y dolorosa agonía el 4 de enero, fue el primer escalón que contribuyó, en menos de dos semanas, al final de régimen del ex dictador Zine al Abidine Ben Ali, tras 23 años en el poder. Esa acción desesperada dio lugar a una ola de protestas concatenadas que acabaron acorralando internacionalmente a varios Gobiernos autocráticos en la región.

Bouazizi perdió la vida "en la lucha por la libertad en el mundo árabe", comentó Buzek. "Este es un premio a los héroes de la revolución", agregó Mahfouz. "El camino hacia la libertad es largo y peligroso. Muchos morirán, pero hay que perseverar y ser pacientes, hay que hacer muchos sacrificios por la libertad", aseguró Al Sanusi (quien pasó 30 años en las mazmorras de Kadafi) en un mensaje a la población siria, que lucha para acabar con la represión del presidente, Bashar al Assad.

"Los jóvenes egipcios han dado su vida por la libertad, y este es un premio en su memoria y por la revolución en su conjunto", planteó Mahfouz.

El contrapunto triste a la ceremonia fue el hecho de que ninguno de los dos galardonados sirios pudo llegar a Estrasburgo a recoger el premio. El vencedor del año pasado, el disidente cubano Guillermo Fariñas, tampoco pudo viajar a Francia, después de que el régimen de La Habana le prohibiera salir del país.

Zaitouneh, experta en derechos humanos, vive escondida por el temor a ser encarcelada por Al Assad, y usa Internet para dar información sobre los acontecimientos en su país. "Algún día veremos una Siria libre y plural", comentó en un mensaje grabado. Farzat envió un discurso por video: "nos dicen que la libertad tienen un elevado precio; vale la pena luchar por ella".

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