La higiene y el control en las ferias francas

La higiene y el control en las ferias francas

26 Noviembre 2011
Surgieron como una necesidad del hombre de intercambiar sus productos sobre la base del trueque. En la Baja Edad Media, se convirtieron en una modalidad económica importante. Un gran número de mercaderes se daba cita en las afueras de las murallas de una ciudad y luego se instalaron en las plazas. Esta práctica milenaria también echó raíces en América. En Tucumán, se realizan desde hace mucho tiempo en las distintas ciudades y algunas han alcanzado relevancia, como la Feria de Simoca. En San Miguel de Tucumán, una de las más concurridas es la de Villa Luján.

En estos días, hubo protestas de los vendedores en Concepción porque la feria franca que funciona los miércoles y sábados será reubicada en un predio ferroviario. La Municipalidad comenzó a instalar un contrapiso y a construir divisiones de cemento para la instalación de los feriantes a lo largo de 150 metros. Este mercado ambulante más que centenario viene arrastrando reclamos vecinales como consecuencia de la falta de higiene, los olores nauseabundos que salen de los desperdicios que quedan esparcidos por la calle Heredia, entre San Martín y Moreno, a lo largo de 300 metros. Los vecinos también protestan por el intenso movimiento de gente y el ruido constante desde la madrugada que altera el descanso de quienes viven en las inmediaciones.

Los feriantes, a su vez, resisten la medida argumentando que no van a entrar en el futuro emplazamiento, que sería de menores dimensiones. Consideran que se está atentando contra su derecho a trabajar con las condiciones adecuadas y especulan con que el traslado tiene que ver con una campaña tendiente a reducir el número de feriantes. El intendente de "La perla del Sur" sostuvo que la reubicación de la feria es necesaria y se la efectuará tratando de brindar a todos los puesteros las comodidades e infraestructura sanitaria para que trabajen adecuadamente, en beneficio del cliente.

Esta realidad se repite también en otras ferias como la de Villa Luján, que tiene lugar los viernes y despierta las protestas de los vecinos, porque la gran cantidad de basura que queda luego de que esta se levanta, así como por las depredaciones de la plaza donde se realiza.

Las ferias francas forman parte de la tradición y parecen una herramienta práctica para resguardar la economía familiar de aquellos hogares de menores recursos, porque se comercializa todo tipo de verduras, alimentos, artesanías y ropa. A los efectos de la higiene, sería importante que las ferias se hicieran en predios acondicionados para tal fin, que se realizaran campañas bromatológicas -y luego controles- entre los feriantes para que determinados productos, como los lácteos (quesos y derivados) o embutidos no permanezcan horas bajo el sol. Podrían instalarse baños químicos y exigirles a los vendedores que se ocupen de la limpieza una vez que la feria concluya. Y en el caso que ellos no lo hicieran, las municipalidades debería efectuarla en tiempo y forma para evitar el perjuicio a los vecinos. Se debería, por otro lado, combatir la piratería, impidiendo a través de controles constantes la comercialización ilegal de música y de películas.

Sabemos que para muchas personas amigas de arrojar desperdicios en cualquier parte, el aseo es una mala palabra. Sería positivo si estos mercados ambulantes cumplieran su servicio servicio a la comunidad y obtuvieran sus beneficios, pero respetando las normas esenciales de la higiene y de la legalidad.

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