¿Google se equivocó con el doodle de Lola Mora?

¿Google se equivocó con el doodle de Lola Mora?

El buscador celebra hoy el natalicio de la escultora. Pero su partida de bautismo dice que nació un 22 de abril.

UNA TUCUMANA EN GOOGLE. Lola Mora fue recordada por el megabuscador. LA GACETA UNA TUCUMANA EN GOOGLE. Lola Mora fue recordada por el megabuscador. LA GACETA
17 Noviembre 2011

La página de inicio de Google muestra hoy una imagen en homenaje a la escultora tucumana Dolores Candelaria Mora Vega. Más conocida como Lola Mora, la artista nació un 17 de noviembre de 1866, según algunas fuentes consultadas por el megabuscador de internet. No obstante, la partida de bautismo de la iglesia de Trancas informa que nació el 22 de abril de 1867. Fue, además, inventora, investigadora, urbanista, escritora y precursora de la cinematografía y de la televisión. Algunos sostienen que era salteña, pero en su acta de matrimonio se declaró oriunda de Tucumán, ciudad donde vivía con sus padres, Romualdo Mora y Regina Vega, y sus seis hermanos. Estudió en el efímero Colegio Sarmiento y la inició en el arte el pintor Santiago Falcucci. Debutó en 1894, exponiendo una veintena de retratos a la carbonilla de los gobernadores de Tucumán desde 1853.

LOLA MORA. Autorretrato en mármol de Carrara que la escultora obsequió al doctor Alberto de Soldati, y que hoy está en poder de sus nietos. La Legislatura la recompensó por esa tarea, y ella donó el conjunto a Tucumán: "mi provincia", dice su nota. En 1896 el Congreso Nacional la becó para estudiar arte en Europa. En Roma tuvo maestros destacados: el pintor Francesco Paolo Michetti y los escultores Constantino Barbella y Giulio Monteverde. Se decidió por la escultura de monumentos. En 1900 volvió al país. Le encargaron la Fuente de las Nereidas, para Buenos Aires, y el monumento a Alberdi, para Tucumán. 
Inaugurada la Fuente con gran eco en 1903, la contrataron para esculpir las figuras que decorarían el Palacio del Congreso. Y para su provincia, modelaría los relieves de la Casa Histórica y la estatua de La Libertad. En 1904, en Tucumán, dirigió la colocación de estas dos últimas y del Alberdi, que se descubrieron en septiembre. Regresó a Roma y en 1906, de vuelta, armó su taller en el Palacio del Congreso: allí conoció a Luis Hernández Otero, quince años menor, con quien se casó en 1909. 
Entre otros encargos importantes de esa época, estuvieron el monumento a Nicolás Avellaneda, en la ciudad bonaerense de ese nombre, y el monumento a La Bandera, en Rosario. El Avellaneda se inauguró en 1913, pero no así el de La Bandera: rodeado de conflictos, sus piezas quedaron encajonadas ocho años, nunca se lo armó y finalmente la obra fue confiada a otros artistas. 
Entretanto, en el Congreso se inició un movimiento en contra de la calidad artística de Lola Mora. Ya no estaban sus amigos para defenderla. Sus esculturas fueron vituperadas, retiradas del Palacio y repartidas entre otras provincias. También se sacó la Fuente de las Nereidas del centro y se la arrumbó en la Costanera Sur. Pero no la amilanaron eso, ni el fracaso de su matrimonio, ni la venta de la suntuosa residencia de Roma. Mirando para adelante, intentó primero el cine y luego, entre otras cosas, la búsqueda de petróleo en Salta. 
El trajín arruinó su salud y se llevó lo que quedaba de su fortuna. Regresó a Buenos Aires envejecida y enferma, a vivir con los sobrinos. Allí murió, el 7 de junio de 1936.  LA GACETA ©

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