Virgen de Tres Cerritos: a diez años de un misterio insondable

Virgen de Tres Cerritos: a diez años de un misterio insondable

El 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, se cumplirán 10 años de la entronización de la imagen de la Virgen María que vio en 1990 María Livia Galliano de Obeid. Desde 2001, en Tres Cerritos, Salta, miles de fieles se reúnen a orar. La Iglesia Católica pide prudencia. No autoriza la publicación de los mensajes que recibe la vidente. Pero la devoción es cada vez más grande.

Como una playa nudista, pero de almas. Inútil seguir ocultando lo que uno lleva escondido. En Tres Cerritos, Salta, las máscaras van quedando en la escarpada. Después de unos 15 o 20 minutos de subida, lo que llega es el ser humano con sus angustias, sus enfermedades, su dolor, sus preguntas o su vacío. Hasta el que sube por simple curiosidad a la ermita de la Virgen se siente invitado al recogimiento interior. Imposible resistirse. Las lágrimas comienzan a hacer su trabajo purificador aunque uno no quiera.

En la cima, en medio de un milagro de flores multicolores que brotan en el cerro de vegetación espinosa, un canto suave con guitarra se hunde en el paisaje. Los pájaros parecen acompañar. Cada sábado, desde hace 10 años, cuando se entronizó la imagen de la Inmaculada Madre del Corazón Eucarístico de Jesús, unas 7.000 u 8.000 personas esperan en silencio, sentadas, a que llegue María Livia Galliano de Obeid para rezar el rosario. Nadie habla, ni los niños siquiera. Apenas se escucha algún sollozo.

Cuando llega la señora, todos se arrodillan. En el medio hay un cuadro de la imagen de la Virgen María, la misma que está en la ermita. Hay sacerdotes y monjas, aunque aún la Iglesia Católica no ha aprobado las supuestas apariciones, que permanecen en estudio.

Después del Rosario, lo que se vive es indescriptible. Cientos de enfermos, ancianos y discapacitados esperan la Oración de Intercesión. Los servidores los conducen como a niños y los ubican uno al lado del otro para esperar el paso de la mujer, que solamente les apoyará la mano en el hombro. En unos se demora más que en otros. Hay quienes no llegan a ese momento y caen antes de tiempo envueltos en un gozo espiritual. Los discapacitados sueltan sus muletas y las mujeres se dejan caer con sus hijos en brazos. Por detrás están los servidores.

Entre la multitud hay famosos. Dos años seguidos vi derrumbarse a Patricia Miccio, una vez a Víctor Sueiro, y otras dos al célebre mariólogo monseñor René Laurentin. Es común escuchar exclamar a los fieles que sienten perfume a rosas o que ven girar al sol, como ocurría en las apariciones de Fátima, en Portugal. Algunos sacan sus cámaras de fotos para registrar el espectáculo.

Al terminar la oración, uno baja casi flotando, con la sensación de una inmensa alegría, que dura varios días. Poco a poco vuelven a vestirnos las preocupaciones y banalidades cotidianas. Pero algo permanece. El que sube nunca es el mismo que baja.

¿Quién es maría livia?
Una mujer sencilla

María Livia Galliano de Obeid es una mujer casada, madre de tres hijos y abuela. Hasta 1990, cuando comienzan las apariciones, la vida de esta ama de casa era muy simple. Un día escucha una voz interior muy dulce que se presenta como la Madre de Dios. Al principio ella quiso guardar el secreto pero la Virgen la invitó a compartirlo.

¿como es la aparición?
una joven de 14 años

María Livia sintió una fuerza que la puso de rodillas. Levantó la cabeza, y allí en medio de una inmensa luz, apareció una joven de alrededor de 14 años, con sus manos y brazos extendidos hacia abajo, desde donde salían purísimas luces. Llevaba un vestido blanco, un manto azul y sus ojos azul mar eran de una belleza sin par.

¿por qué cae la gente?
Descanso del espíritu

No hay explicación científica. Unos caen y otros no. Se trata como de un estado de plenitud o de éxtasis, en el que la persona permanece consciente. Es el mismo fenómeno que se produce en las misas carismáticas. El estado se llama "descanso del espíritu" y se repite en todas las apariciones de la Virgen a lo largo de la historia.

La iglesia
¿quÉ opina?

"La iglesia católica y el arzobispo de Salta no autorizan este movimiento. Siempre la Iglesia ha sido cauta ante este tipo de manifestaciones. Hay una clara actitud de desobediencia a las indicaciones del arzobispo de Salta. Es propio de la Iglesia velar por la fe de la gente y no está clara la autenticidad de estas manifestaciones. Que vaya mucha gente y que haya un lindo clima de oración no es suficiente para decir que es verdadero", opinó el vicario de la Arquidiócesis de Tucumán, monseñor Melitón Chávez.

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