15 Noviembre 2011
BRUSELAS/MOSCÚ.- Los 27 ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) criticaron ayer duramente el programa nuclear de Irán, que, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), estaría en disposición de preparar un arma atómica. No obstante, no se pusieron de acuerdo en aplicar nuevas sanciones contra Teherán y, menos aún, en impulsar un ataque militar.
Los cancilleres destacaron la "creciente preocupación por el programa iraní y por la falta de avances en los esfuerzos diplomáticos" para frenarlo, y condenaron "la constante expansión de su plan de enriquecimiento (nuclear)".
Las disidencias sobre la opción militar fueron expresas. El ministro británico, William Hague, dijo que en un futuro se podría evaluar una acción armada contra Irán, pero aclaró: "no la consideramos en este momento, no llamamos ni la impulsamos, pero todas las opciones deben permanecer sobre la mesa".
"Las peores sanciones son inevitables si Irán sigue negándose a trabajar con la OIEA. (Ese país) tiene el derecho al uso de energía nuclear civil, pero también tiene el deber de rechazar el armamento nuclear y debe dejarlo claro ante la comunidad internacional", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, quien advirtió que toda discusión sobre un ataque "es contraproducente". En cambio, el canciller holandés, Uri Rosenthal, respondió "no descarto nada", al ser consultado sobre una intervención militar a la República Islámica. Su par de Luxemburgo, Jean Asselborn, subrayó que las "consecuencias (de un ataque) serían devastadoras".
Por su parte, Rusia ratificó su alianza con Irán al acusar a Occidente de querer imponer un cambio de poder en Teherán. "Se amenaza con sanciones y bombardeos, pero eso no nos acerca a la posibilidad de una solución por el camino de la negociación", sostuvo el canciller, Serguei Lavrov. (Reuters-DPA-AFP)
Los cancilleres destacaron la "creciente preocupación por el programa iraní y por la falta de avances en los esfuerzos diplomáticos" para frenarlo, y condenaron "la constante expansión de su plan de enriquecimiento (nuclear)".
Las disidencias sobre la opción militar fueron expresas. El ministro británico, William Hague, dijo que en un futuro se podría evaluar una acción armada contra Irán, pero aclaró: "no la consideramos en este momento, no llamamos ni la impulsamos, pero todas las opciones deben permanecer sobre la mesa".
"Las peores sanciones son inevitables si Irán sigue negándose a trabajar con la OIEA. (Ese país) tiene el derecho al uso de energía nuclear civil, pero también tiene el deber de rechazar el armamento nuclear y debe dejarlo claro ante la comunidad internacional", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, quien advirtió que toda discusión sobre un ataque "es contraproducente". En cambio, el canciller holandés, Uri Rosenthal, respondió "no descarto nada", al ser consultado sobre una intervención militar a la República Islámica. Su par de Luxemburgo, Jean Asselborn, subrayó que las "consecuencias (de un ataque) serían devastadoras".
Por su parte, Rusia ratificó su alianza con Irán al acusar a Occidente de querer imponer un cambio de poder en Teherán. "Se amenaza con sanciones y bombardeos, pero eso no nos acerca a la posibilidad de una solución por el camino de la negociación", sostuvo el canciller, Serguei Lavrov. (Reuters-DPA-AFP)
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