En Tecnópolis, Diego y Nelson se aferraron a la idea de empezar de nuevo

En Tecnópolis, Diego y Nelson se aferraron a la idea de empezar de nuevo

Cinco internos del Instituto Roca ganaron un premio en la Feria de Ciencias. Dos de ellos llevaron el proyecto a Buenos Aires y allí fueron distinguidos. "Más-caras" es el fruto de una investigación de los chicos sobre el carnaval del NOA. ¿Y ahora qué viene? "Mi mamá me dice que me porte bien, que ya no robe ni me drogue... Y creo que voy a cambiar", dijo uno de ellos.

HACIA LA SALIDA. Diego y Nelson caminan por la frondosa calle de acceso al Instituto Roca. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ HACIA LA SALIDA. Diego y Nelson caminan por la frondosa calle de acceso al Instituto Roca. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
"Me lo hice yo solo", aclara de entrada Diego, flequillo recién cortado.Se refiere al piercing que destella en su oreja izquierda. A su lado, muy serio, y deslumbrado por Buenos Aires, Nelson mantiene cerrada hasta el cuello la campera negra con tres tiras en el brazo. Los dos tienen 17 años y están impecables para la entrevista.

"Anduvimos por el Obelisco. En Tecnópolis había mucho para ver. Lo que más me impresionó fue el stand de los glaciares y lo de Fuerza bruta", cuenta Nelson. "Hemos conocido otra gente, cómo aprender; nos hemos sentido otras personas, lo que nunca hemos sido", afirma Diego.

La escena transcurre en la Dirección del Instituto de Menores Roca. Junto a otros tres compañeros habían ganado en la instancia provincial de la Feria de Ciencias, en la modalidad Educación en contexto de encierro. A Nelson y a Diego les tocó exponer en Tecnópolis, donde fueron distinguidos por su trabajo "Más-caras". Esto le contaron a LA GACETA:

D: Ahora quiero estudiar para ingeniero agrónomo. Fui hasta séptimo grado. En el instituto estoy hace dos meses y tres semanas. Estuvimos haciendo huerta, estudiando, yendo al gimnasio. Vienen a verme mi mamá y mi abuela. Ella me ha dicho que me porte bien, que cambie, que ya no robe ni me drogue... Y yo creo voy a cambiar.

N: Ir de viaje con otro tipo de gente fue genial. Fuimos en colectivo con otras escuelas, con profesores, chicos, chicas, y nosotros con operador del instituto. Hemos hecho un montón de amigos.

D: Los sorditos hablaban con señas con nosotros... Y se hacían entender. ¡Novias, no! Conocimos un par de chicas, como amigos nomás.

N: Cuando ganamos, la profe saltaba de alegría, y mi mamá y mis dos hermanas estaban muy orgullosas y contentas.

D: Trabajamos sobre la Marcha de las Máscaras del carnaval del NOA. Hemos investigado en Internet. No conocíamos las máscaras y son varias: el diablo mayor, el diablo, los diablillos; las confeccionamos de cartón, de papel, alambre, pintura y brillantina. También hemos hecho souvenirs: mascaritas de goma eva para entregar a la gente.

N: El diablo está enterrado todo el año, y el primer día de carnaval lo desentierran para que reine. Al final lo vuelven a enterrar en el mojón, una pirámide de piedra... La gente se transforma, hacen lo que no hacen todo el año, por el espíritu del carnaval. Viene de muy antiguo, por eso le dicen popular, ritual y tradicional.

D: Popular porque lo hace toda la gente, tradicional porque se transmite de padres a hijos, y ritual porque lo hacen todos los años en buena parte del norte argentino..

N: La celebración empieza con el Jueves de compadres y el Jueves de comadres. Después vienen las invitaciones: todo el día es fiesta, y toman chicha de maní, chicha de maíz y saratoga.

D: En Tecnópolis, detrás de las máscaras, la gente quería conocernos a nosotros. En carnaval los diablitos cambian la voz para ser otros y ser iguales entre ellos. Ya los pobres no son pobres ni los ricos son ricos, son todos iguales.

N: Es feo estar encerrado. Aparte, ya vamos a cumplir 18. No da estar encerrado toda la vida.

Tal como los diablitos enmascarados, Nelson y Diego quieren ser otros, no tan diablos, y han iniciado el largo camino de la transformación y de la resocialización. Fatan pocas horas para que vayan a la entrevista con el psicólogo y a la audiencia en el Juzgado de Menores. Faltan pocas horas para volver a casa.

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