El objetivo es abrir una clínica para los enfermos de leucemia

El objetivo es abrir una clínica para los enfermos de leucemia

Ana María Juárez de Cruz Prats prometió cumplir el deseo de su hijo fallecido. Invita a apoyar su proyecto.

20 Octubre 2011
"Si Dios me da una segunda oportunidad voy a trabajar para que en Tucumán haya un centro como Fundaleu. Quisiera que los enfermos dejen de sufrir el desarraigo en Buenos Aires". La idea lanzada por Federico Eduardo Cruz Prats desde su cama, en un respiro que le dio la leucemia, le sirvió a su madre para iniciar una gran lucha.

Después de varios años ejerciendo como pedagoga, de llegar a ser directora de la Escuela Sarmiento y profesora de la carrera de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT, Ana María Juárez de Cruz Prats descubrió una nueva vocación. "Dos años después de la muerte de mi hijo convoqué a todos sus amigos, que tanto lo querían, a sus dos hermanos, a su novia y a todos mis familiares para que me ayudaran a crear una Fundación para el Estudio y Lucha de las Enfermedades Hematooncológicas. Así nació FEDEH", cuenta serenamente la presidenta de la institución, que ya cumplió su cuarto año en la provincia.

"En Tucumán hay excelentes especialistas, se cuenta con salas hematooncológicas en el Centro de Salud y en el Padilla. Sin embargo, no tienen las medidas de bioseguridad para la internación de los pacientes con estas patologías. Los enfermos deben ir a Buenos Aires, como ocurrió con mi hijo, en Fundaleu (fundación para combatir la leucemia). Cuando el enfermo comienza con el tratamiento de quimio se bajan las defensas del organismo, por eso es necesario que sea internado en una sala libre de bacterias, virus y hongos, como son los quirófanos", advierte Juárez de Cruz Prats.

Federico tenía 33 años cuando murió. No pudo contra la leucemia mieloblástica aguda, que lo fulminó en nueve meses. "Estuvo internado ocho meses en Buenos Aires, hasta que los médicos nos informaron su estado de terminalidad. Nos dijeron que no había nada para hacer y emprendimos el regreso", recuerda con dolor.

"Nunca hablamos de la muerte, pero él le comentó a algunos médicos que creía que ya se había agotado su tiempo. Y que la mayor preocupación para él no era la muerte, porque se sentía preparado, sino su madre... yo", apuntó sin poder terminar la frase.

Un mandato

"Para mí, crear una clínica para enfermos hematooncológicos es un mandato que tengo que cumplir. Y vamos avanzando: ya contamos con un predio de 2.700 metros cuadrados en la avenida Perón y Malvinas, y con un anteproyecto de la obra realizado por Lucía Kirschbaum. El edificio de tres plantas contará con 18 habitaciones, tanto para tratamiento ambulatorio como para internación. Tendrá laboratorio, equipos interdisciplinarios y auditorio para capacitación de médicos, enfermeras y otros profesionales", cuenta Juárez de Cruz Prats con los ojos brillantes. Se necesitan 10 millones de pesos para construirlo, pero se haría en etapas, aclara. Ana María espera que el Gobierno pueda ayudarla, y está abierta a todas las propuestas que le hagan otros profesionales, decidida a convertir el sueño en realidad.

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