Todo fue fiesta en Auckland
Esta vez los fanáticos argentinos fueron los menos. "El somos locales otra vez" no se escuchó en el Eden Park, escenario dominado por la vestimenta toda negra, que opacó a los de la celeste y blanca. Igual, el "vamos, Pumas vamos", se hizo sentir. Fueron los menos, pero en gran parte del primer tiempo se los escuchó clarito, ante un estadio que enmudeció con el try del tucumano Julio Farías, anotado a los 30 minutos.

Las caras de los más de 50 mil neozelandeses fue elocuente. la felicidad de los argentinos también. Un claro contraste que mostró la fresca noche en Auckland. Se perdió contra los mejores del mundo y los argentinos se fueron felices igual. Por la ofrenda que le habían dado los jugadores en el campo de juego, batallando contra los poderosos All Blacks de igual a igual. Todo fue fiesta en Auckland.

Desde muy temprano, cuando la gente se reunió en "Fan Zone", a cinco kilómetros del estadio. Fue fiesta durante el recorrido en tren hacia el Eden Park. Fue fiesta en los alrededores, y fue una tremenda fiesta en el estadio. Fue un gran día para el rugby. El color y la música de las distintas culturas se mezclaron y pudieron compartir y conivir en las afueras. Desde danzas maoríes hasta tango y floklore argentino sirvió para amenizar la espera del partido. Mucho negro, poco celeste y blanco. Igual fue fiesta.

Un día que, para esos 3 mi hinchas argentinos será inolvidable. A pesar de la derrota. Claro, un triunfo hubiera sido el día perfecto. ¿De dónde salieron tantos tucumanos? No se sabe, pero siempre están. En cada estadio desde el primer partido contra los ingleses. Pero se fueron renovando. Muchos ya retornaron a sus casas. Otros llegaron para vivir esta última parte del Mundial. Donde haya un partido, siempre se verá una camiseta o una bandera argentina.

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