¿Vos qué opinás?

¿Vos qué opinás?

Los ediles tendrán que asumir los costos de no haber dado aumentos impopulares en otros momentos. La pregunta que repite el gobernador y el crítico tuit de Bernasconi.

Cuando de cuestiones políticas se trata, lo que se discute es el manejo del poder. Apenas terminan las elecciones y se cuentan los votos se despliega sobre la mesa el mapa para entender cómo quedaron las cosas. Una de las preocupaciones que suele despertar polémica es la transición entre la finalización del mandato de quienes invisten el poder y el comienzo de quienes van a recibir e iniciar el control del período que viene. Por lo general, los estadistas más cuidadosos suelen acortar al máximo ese lapso. En Tucumán desde que se instauró la monarquía alperovichista esta cuestión pasaba inadvertida... Hasta esta semana.

Exactamente un mes después de los comicios de agosto, el Concejo Deliberante de la capital ha decidido darle la razón a los taxistas y le otorgará un aumento del 30% en ese servicio. En un país donde el peso va perdiendo valor se puede justificar el aumento, pero no debiera ser propulsado por el apuro ni por un Concejo Deliberante que la ciudadanía ha cambiado. Los ediles se encuentran en una verdadera encrucijada porque se trata de la misma medida que debieran o que podrían haber efectuado dos meses atrás. Pero no se avaló el incremento porque toda suba de transporte es absolutamente impopular y hace un tiempo era contraproducente para los ediles que ponían en juego su futuro en las elecciones. Como la hora de votar ya es historia, los ediles se sienten libres de hacerlo. Se han dejado llevar por el egoísmo. El reelecto bussista devenido alperovichista, Javier Morof, reconoció que "es feo dar un aumento porque repercute en la gente, pero debemos mejorar el sistema". Hace un mes la situación era exactamente igual, pero lo que no quería, indudablemente, era que repercutiera en ellos mismos.

El cospel también
Un caso parecido ocurrirá con el pasaje de ómnibus, cuyo aumento seguramente saldrá antes del 29 de octubre, fecha en la que se termina el mandato de los actuales ediles. El no haber afrontado los riesgos en su oportunidad puede dejar mal parado a más de un concejal. La necesidad de utilizar ese transporte para acarrear hombres y mujeres que iban a votar puede hacer que hoy la sociedad sospeche del aumento por venir. El partido que salió segundo promovía la re-reelección del mismísimo presidente del Concejo, Ramón Santiago Cano (coequiper del reelecto legislador Armando Cortalezzi), y de Morof. Ellos dos pueden ser los que se sientan más incómodos con este aumento, ya que contaron con un importante respaldo de los empresarios del transporte automotor durante la campaña. Inclusive en los ómnibus interurbanos (en los de capital está prohibido) uno de los partidos más promocionados en los vidrios de los colectivos fue el acople de los "Cacho".

Las transiciones siempre han traído este tipo de inconvenientes, que podrían evitarse si se cuidaran más las instituciones en las que se apoyan los ciudadanos para tener mejor calidad de vida.

Votos o amiguismo
Por su parte, la composición del Concejo Deliberante que vendrá va a estar agradecida de que sus antecesores no les dejen la bomba del aumento sobre las bancas; aunque por ahora poco les importa, ya que los sijosesistas sólo discuten quiénes manejarán el poder en el Concejo. Y cuando de poder se trata el que decide es Alperovich, sea la jurisdicción que sea. Lo que hasta hace unos días era una discusión intensa se ha ido diluyendo y ha quedado en la conciencia del gobernador. José Alperovich va a tener que decidir entre su candidato "sijosesista", Ramón "Cacho" Cano y Germán Alfaro, quien se ha instalado en la política tucumana como un alperovichista crítico, más cercano al intendente Domingo Amaya que al gobernador.

En la Casa de Gobierno cuentan que hubo conversaciones entre el actual diputado nacional y futuro concejal y Alperovich. En ese encuentro, Alfaro le habría dicho al mandatario que quiere ser presidente del cuerpo ya que fue el candidato más votado al obtener unos 31.000 sufragios. No obstante, no estaría dispuesto a pelear ni a forzar situaciones, acatará lo que decida el titular del Ejecutivo, aún cuando ponga el pedestal más alto del Concejo a Cano que obtuvo 26.000 votos y se ubicó como la segunda fuerza. De todos modos, los "sijosesistas" no tienen ninguna duda de que entre el más votado y el amigo, Alperovich no dudará un segundo a la hora de sugerir el nombre del presidente del Concejo, aunque no se ajuste a la decisión de los vecinos. Si hay algo que aprendió el gobernador desde que se hizo político es a actuar con absoluto pragmatismo.

Preguntas retóricas
"¿Vos qué opinás de la reforma?" Esa es la pregunta preferida. A quien se le acerque el gobernador le lanza ese cuestionamiento. Según frunza o no el ceño su ocasional interlocutor, Alperovich tiene a boca de jarro una aclaración: "Te aclaro que esto no significa que vaya a ser candidato. Pero si no estoy con alguna posibilidad de ser reelecto no me van a dejar gobernar", le explica a quien le haya advertido los riesgos de tanta ambición de poder.

De todos modos la decisión pareciera que ya está tomada. Hay "sijosesistas" que afirman que ya se está trabajando en todo tipo de ingeniería para resolver la fecha de la convocatoria a las elecciones y para determinar cómo se elegirán los candidatos.

Como no podría ser de otra manera hasta encuestas tendría en la mano. En ellas se apoyaría para defender que lo más conveniente para el oficialismo sería que la lista de candidatos se ajustara a las últimas elecciones. Por eso se especula en la Casa de Gobierno que las cabezas de listas podrían volver a ser en el Oeste Sergio Mansilla y en el Este Osvaldo Jaldo. La duda es quién va a liderar la lista de capital. Aunque lógica indique que será Amaya, como siempre lo hizo, no faltan los "sijosesistas" genuflexos que quieren empezar a ponerle fin a la odisea del "Colorado" y para eso apuestan a la primera dama. En las últimas elecciones entre los candidatos a ocupar una banca en la Cámara no sólo se anotaban los legisladores sino también los intendentes, a través de sus esposas o familiares. Lo mismo ocurrió en la última reforma donde fueron constituyentes las esposas de algunos jefes municipales porque tenían que asegurarse dos cosas: 1) que los intendentes trabajen, porque también tienen un interés propio en la elección y 2) que presenten candidatos de confianza si ellos no pueden ingresar, y para ello recurrieron a sus cónyuges.

Quejas en la red social
La oposición en Tucson no necesita de las estrategias de Durán Barba ni de las visionarias encuestas de Hugo Haime. Con Lara Bernasconi alcanza. La belleza tucumana lanzó por Twitter su enojo por el roñoso estado de los accesos a la provincia y eso alcanzó para causar un verdadero revuelo, algo que ningún opositor ni crítico del Gobierno consiguió. Es que la modelo tocó un problema de todos, algo que no pueden lograr muchos dirigentes ni durante su gestión ni en plena transición del poder.

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