Aída: 400 artistas y una puesta deslumbrante

Aída: 400 artistas y una puesta deslumbrante

Se estrena una ópera que promete hacer historia: nunca se había montado una obra de esta magnitud en un teatro tucumano

01 Septiembre 2011
ESTA NOCHE

El estreno de "Aída" se producirá a las 21 en el Teatro San Martín (avenida Sarmiento y Muñecas).

Con "Aída", de Giuseppe Verdi, una de las óperas más emblemáticas y grandiosas, dará comienzo la edición 2011 del Septiembre Musical, que organiza el Ente Cultural. Por primera vez "Aída" se monta en la capital tucumana. Es, además, la obra de mayor envergadura que haya subido a escena en un teatro de la provincia.

Ricardo Salim, director general de la megaproducción, le explicó a LA GACETA que se presentará con el texto completo y la música original, luego de dos intensos meses de ensayos. La majestuosidad de la puesta (hay momentos en los que llegan a juntarse más de 300 artistas sobre el escenario) deslumbró a los tucumanos que asistieron el martes al preestreno.

En detalle

El rol protagónico está cargo de la soprano Mónica Ferracani y la dirección musical es de Emir Omar Saúl. En la superproducción participarán alrededor de 400 personas, sumando los protagonistas, los elencos del Coro y de Orquesta Estables, de la Banda Sinfónica y del Ballet Contemporáneo, así como integrantes del Ballet clásico, figurantes, y más de un centenar de cadetes del Instituto de Enseñanza Superior General José de San Martín.

Los otros roles protagónicos están a cargo de Alicia Cecotti (mezzosoprano, Amneris), Enrique GibertMella (barítono, Amonasro) y Fernando Chalabe (tenor, Radamés), todos ellos de Buenos Aires, junto con los bajos tucumanos Ernesto Ramos (como el faraón) y Marcelo Oppedisano (Ramfis, el sumo sacerdote).

Ricardo Sbrocco dirige el Coro Estable y Patricia Sabbag, directora del Ballet Contemporáneo, se encargó de crear las coreografías. Álvaro García (Banda Sinfónica) está a cargo de la dirección interna, y como preparadora musical trabajó la pianista Alicia Rodríguez.

Estrenada en 1871, la pieza de Verdi cuenta la historia de amor entre Aída, una princesa etíope esclava en Egipto, y Radamés, militar egipcio y comandante de las fuerzas que han ocupado la tierra de la joven. A esa pasión se oponen Amonasro, el padre de Aída, y Amneris, la hija del Faraón, que también ama a Radamés.

La pieza se divide en cuatro actos y la acción transcurre en Egipto, en las ciudades de Menfis y Tebas, durante la época de esplendor de los faraones, entre 1198 y 1166 aC.

"La escenografía y el vestuario representan el Egipto de los faraones, y como contraste hice realizar, diferenciados en color, diseño y texturas, el vestuario de los etíopes, el pueblo vencido al que pertenece Aída", anticipó Salim. El regisseur agregó que la iluminación es fundamental. "Sucede que los climas que hay crear son muy contrastantes, desde la ampulosidad del imperio hasta la intimidad de las tragedias humanas", indicó.

Cabe aclarar que gran parte de la escenografía que se verá en el San Martín se alquiló en Rosario, donde la pieza fue representada el año pasado, y hubo que adaptarla porque el escenario tucumano es más chico.

La movilización que significará el numeroso elenco obligó a instalar en el estacionamiento del teatro una carpa que hará las veces de inmenso camerino.

Los números de la puesta parecen ser un secreto guardado con siete llaves, pero está claro que el presupuesto de la superproducción no bajará de los $400.000, incluyendo los cachets de los artistas.

Historia de amores

El director Emir Omar Saúl, radicado en Italia, explicó que "Aída" es esencialmente una historia de amores cruzados: el que existe entre Radamés y Aída, y el que experimenta Amneris por Radamés. Aída se debate, a la vez, entre el amor al guerrero victorioso y el amor a su patria, Etiopía, ocupada por los egipcios. Por ello instigará a Radamés a traicionar a la suya, aunque ella se redimirá para morir con él.

"La ópera es conocida por su dimensión épica, la guerra y el triunfo, pero el 70% de ella habla de amor", expresó Saúl. Recordó que llegó a dirigirla completa después de haber presenciado muchos ensayos, a cargo de otros directores, en la Arena de Verona, donde se monta todos los años. "Iba con mi partitura y seguía los ensayos. Cuando me tocó ponerme al frente por primera vez, ya había tomado muchas decisiones sobre cómo trabajarla", destacó.

La charla tuvo lugar durante el tramo final de los preparativos para el estreno. "Cuando uno trabaja con pasión pone en juego todo el empeño y las energías. Yo simplemente exijo y la gente, felizmente, está respondiendo a esas exigencias", aclaró.

Y así es efectivamente: en uno de los ensayos al que asistió LA GACETA, el director exhibió su perfil más riguroso, cuando interrumpió más de una vez a sus músicos para exigirles disciplina y ritmo, y para corregir algunos acordes. Incluso, ante la atenta mirada de Salim, cortó una escena entre Alicia Cecotti y Fernando Chalabe y le dio indicaciones a la mezzosoprano.

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