La sirena: Esther Williams cumple 90 años

La sirena: Esther Williams cumple 90 años

La eterna de Jane de Johnny Weissmüller fue una destacada nadadora, que además eclipsó con su belleza en la gran pantalla.

IMPECABLE. La princesa del agua en sus años de esplendor y fama. LILYLEMONTREE.BLOGSPOT.COM IMPECABLE. "La princesa del agua" en sus años de esplendor y fama. LILYLEMONTREE.BLOGSPOT.COM
07 Agosto 2011
LOS ÁNGELES.- Salía del agua siempre con una sonrisa pintada: ella sabía que en la superficie habría siempre alguna de esas cámaras que quemaban lámparas con cada fogonazo de flash y que terminaría en la tapa de alguna revista. Y a ella le encantaba, por supuesto, porque en aquellos años 50 Esther Williams repartía sus días entre el estrellato del deporte y las alfombras rojas del glamour.

La sirena más famosa de Hollywood se retiró del negocio del cine hace 50 años. La estrella nadadora de los "Golden Fifties" ya ha encanecido y aunque mañana cumpla 90 años sigue con un pie en el negocio del espectáculo: el año pasado fue la anfitriona de un festival de cine clásico en la capital de la industria del filme.

Se codeó con los mejores: tras la muerte de la diva Elizabeth Taylor a fines de marzo, Williams colgó en su web el artículo de una revista de 1946, "Cómo enseñé a nadar a Liz Taylor". Mostraba a una Liz de 13 años, a quien le daba consejos como este: "siempre me levanto con algo de fuerza para salir de la piscina sin ayuda y sonreír a la cámara". Y es que ya de pequeña la californiana era un emocionado "renacuajo" y con 17 era parte del equipo olímpico de mujeres estadounidenses que se clasificó para los Juegos Olímpicos. Pero la Segunda Guerra Mundial ahogó los sueños de oro de la mujer que batió el récord de los 100 metros estilo pecho, porque los Juegos de 1940 en Tokio fueron cancelados.

La belleza del agua tuvo entonces que conformarse con que sus fotos de calendario se colgaran en miles de armarios de soldados y en ser descubierta para el show de revista "Aquacade" con el actor de Tarzán, Johnny Weissmüller.

Fue una de las grandes estrellas de la Metro Goldwyn Mayer durante su era dorada. La firma atrajo a la sirena con un lucrativo contrato y rodó más de 20 películas, la mayoría comedias musicales con escenas submarinas. Títulos como "Escuela de sirenas", "La hija de Neptuno", "La sirena del millón de dólares" o "La princesa del agua" mostraron en la gran pantalla a la erótica sirena de Hollywood. Pero mientras algunos críticos alabaron su belleza y carisma, se vio perseguida por un dicho nefasto: "mojada es una estrella, pero seca no es nadie".

Al finalizar su carrera en el cine, a comienzos de los 60, se hizo empresaria: abrió las piscinas Esther Williams, diseñó trajes de baño y abrió una escuela de natación para bebés. Además, con imágenes glamorosas antiguas, Williams sigue haciendo publicidad en su web.

Se casó cuatro veces, entre otros con el actor latino Fernando Lamas (murió en 1982) y tuvo tres hijos. Conoció a su cuarto esposo, Edward Bell, en los Juegos Olímpicos de dos años más tarde, cuando Williams fue la estrella invitada del estadio de natación de Los Ángeles durante el estreno de la natación sincronizada como disciplina olímpica. Durante toda su vida, la embajadora del ballet acuático había luchado por el reconocimiento de esa disciplina.

En 1999 volvió a desatar titulares, ya que publicó sus memorias "The Million Dollar Mermaid" (La sirena del millón de dólares) en las que develaba los manejos tras bambalinas de Hollywood en una era dorada no tan "limpia" como se creía. (DPA)

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