Tiempos de turbulencia

Tiempos de turbulencia

Brevísimo gobierno de Clemente Zavaleta

UN ANTIGUO MUEBLE. Pesado arcón de madera, que perteneció al gobernador Clemente Zavaleta. UN ANTIGUO MUEBLE. Pesado arcón de madera, que perteneció al gobernador Clemente Zavaleta.
En 1822 corrían con fuerza los vientos de la guerra civil en Tucumán: se enfrentaban el gobernador Bernabé Aráoz con el teniente coronel Diego Aráoz. En un momento dado hubo una tregua. En sesión del 5 de abril, el Cabildo tomó conocimiento de "los puntos y artículos que debían servir de base para sofocar la guerra civil y restituir la paz y el sosiego". Y decidió que "primeramente, para evitar desconfianzas entre el Gobierno de la Provincia y don Diego Aráoz, se nombre en la misma hora un gobierno interino".
Por "uniformidad de votos, sin faltar uno", quedó designado en ese carácter don Clemente Zavaleta, "con las facultades excepcionales y prerrogativas de tal gobernador intendente interino". Reuniría en su persona "el mando político, de hacienda y militar, con la facultad de delegar este último en persona de probidad y confianza". Asimismo, ese día "si el tiempo lo permite, o el siguiente sin más prórroga", debían depositarse "las armas de ambas fuerzas" a disposición del gobernador, en una entrega "cumplida con honor y con religiosidad".
En 15 días, Zavaleta debía reunir "la representación de la campaña y la ciudad", para elegir un gobernador en propiedad, "y formar una Junta Suprema, permanente o hasta que la necesidad lo exija, para establecer el orden y la ley". Pero las cosas salieron distintas. Las fuerzas de Javier López -que respondía a Diego Aráoz- atacaron a las de Bernabé Aráoz el 6 de mayo. Aunque éste las derrotó el 11, en ese clima Zavaleta no podía gobernar. Renunció el 20 de mayo y el Cabildo asumió el mando.

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