Los adoradores no se resignan y convierten la iglesia en oratorio

Los adoradores no se resignan y convierten la iglesia en oratorio

El párroco dice que cree haber cumplido un ciclo en El Salvador. Asisten más fieles a las misas

EN SOLEDAD. El espacio donde se veneraba la Eucaristía quedó vacío por decisión del arzobispo Luis Villalba. LA GACETA / FOTO DE EZEQUIEL LAZARTE EN SOLEDAD. El espacio donde se veneraba la Eucaristía quedó vacío por decisión del arzobispo Luis Villalba. LA GACETA / FOTO DE EZEQUIEL LAZARTE
01 Agosto 2011
La decisión del arzobispo Luis Villalba de cerrar el oratorio de la parroquia El Salvador no logró enfriar los corazones ardientes de los adoradores. Durante el fin de semana los fieles se reunieron en la parroquia y se postraron frente al Santísimo Sacramento luego de las misas de las 20. Muchos otros adoradores de los oratorios de Yerba Buena y del hospital del Niño Jesús fueron a acompañarlos y a manifestarles su apoyo.

El oratorio del barrio Obispo Piedrabuena está vacío. El padre Miguel Alderete Garrido decidió suspender el retiro espiritual que estaba programado para el fin de semana y se dedicó a dar contención a los fieles. El sábado se realizó una misa con adoración del Santísimo, como preparación a la solemnidad de la Transfiguración de El Salvador, que se realizará el sábado próximo. Ese día habrá procesión por las calles, a las 19, seguida de una misa.

Anoche se informó extraoficialmente que el nuevo arzobispo, monseñor Alfredo Zecca, convocaría al clero a una reunión para mañana a las 10 en el Seminario Mayor. Sin embargo, consultado por LA GACETA, el vicario de la arquidiócesis, monseñor Melitón Chávez, dijo que no sabía nada al respecto.

"Sólo quisiera vivir el novenario y después que sea lo que Dios quiera. Nunca pensé en irme, pero pongo mi renuncia a la parroquia en manos del arzobispo, que sigue siendo mi padre y mi guía. Yo se lo dije a monseñor Villalba. Si usted quiere, castígueme a mí, pero no a la gente. Pongo mi renuncia a su disposición para que todo se solucione. Pero él me contestó: no es suficiente. La verdad es que no sé qué hacer", reconoció con profundo dolor el sacerdote.

El padre Alderete Garrido se ordenó el 29/9/89 a los 29 años. "Yo ya he dado la vida por Cristo el día que me ordené. Pero sin la Eucaristía no soy sacerdote. Creo haber cumplido con mi voto de obediencia. El arzobispo dispone de mi renuncia, yo no tengo proyecto personal, no tengo dónde ir ni qué hacer, estoy en sus manos...", comentó el sacerdote.

El oratorio de la parroquia El Salvador fue abierto el 26 de junio y cerrado a los 33 días de su funcionamiento, cuando ya contaba con 600 adoradores. La explicación de monseñor Villalba es que el párroco no pidió el permiso correspondiente para abrir el oratorio. El sacerdote, entonces, pidió públicamente perdón al prelado y solicitó la apertura del templo de adoración perpetua. Pero no le fue concedida y se cerró definitivamente el 29 de julio. Los adoradores tuvieron que ser obligados a salir para clausurar el templo.

Por medio de Internet monseñor Villalba aclaró: "no hay ningún laico o consagrado, o grupos de laicos o consagrados con autorización para la apertura de dichos oratorios de Adoración Perpetua".

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