Las heladas y la quema de caña no dan tregua

Las heladas y la quema de caña no dan tregua

La principal actividad agroindustrial de Tucumán sufrió importantes pérdidas por las bajas temperaturas y por los incendios en los cañaverales, que ocurren cada vez con más frecuencia. La Eeaoc afirma que mantener el rastrojo de la cosecha de caña en verde tiene sus beneficios: se mantiene la humedad del suelo, favorece la infiltración de agua, aporta nutrientes y evita la erosión.

En los últimos años, la producción de caña de azúcar en Tucumán ha sufrido importantes pérdidas relacionadas con la ocurrencia de severas heladas y con la quema de los cañaverales que se vienen sucediendo cada vez con mayor intensidad. Este tema se viene tratando en distintos suplementos para que el productor y la población en general comprenda los inconvenientes que genera la quema y de los importantes y numerosos beneficios que se pueden lograr si se realiza una cosecha en verde y se mantiene el rastrojo sobre el lote cañero.

Ya las heladas, que generalmente todos los años llegan, se presentaron en la provincia y debido a lo imprevisible de la manera en que se vienen dando, el esfuerzo del sector cañero debe estar apuntado hacia la minimización del daño ocasionado por el fenómeno climático.

En 2011, junto con las severas heladas registradas hasta la fecha, se evidencia nuevamente la incidencia negativa de la quema de los cañaverales como un serio problema ambiental y causa de importantes pérdidas de producción de azúcar en nuestra provincia. Por lo tanto, es de fundamental importancia maximizar en este año todos los esfuerzos tendientes a evitar la quema de caña en pie o del rastrojo de caña para que, además de minimizar las pérdidas de azúcar, se eviten los perjuicios a la comunidad tucumana.

Los productores deben entender, y la mayoría lo conocen, que la quema de caña helada resulta perjudicial para sus intereses, ya que intensifica las pérdidas de azúcar. Además, estas pérdidas pueden llegar a incrementarse más si se le adiciona el tiempo de estacionamiento de la materia prima antes de ser procesada.

Es por ello que se brindan recomendaciones en diversos medios por parte del Programa Agronomía de la caña de azúcar de la Estación Experimental Agrícola Obispo Colombres (Eeaoc) para evitar la quema de los cañaverales y, de esa manera, minimizar los efectos que ya provocaron las heladas que se dieron a fines de junio y en lo que va del corriente mes de julio.

El productor debe tomar una serie de medidas para evitar la propagación del fuego, ya sea accidental o intencional, y así minimizar el efecto negativo de la quema.

Para ello, debe rastrear y mantener limpios los callejones que dividen los tablones de sus plantaciones, mantener limpias acequias y alambrados y dejar preparados una serie de cortafuegos.

En el caso de un productor que realiza cosecha semi mecánica, debe tener presente que no debe quemar caña en pie; que sólo debe hacerlo cuando se encuentre apilada, y que sólo debe quemar lo que va a llevar al ingenio inmediatamente. Debe tener limpios callejones, alambrados, acequias y tener cortafuegos preparados. Este productor debe avisar y coordinar con los vecinos la operación de quema, y nunca quemar bajo las líneas de alta tensión, siendo esta otra acción a tener en cuenta.

Al momento de iniciar el fuego en la caña apilada hay que atender la dirección del viento para no afectar poblaciones, rutas y escuelas y en caso de tener caña helada extremar al máximo todas las precauciones.

Otro de los aspectos técnicos que los productores deben tener en cuenta es evitar la quema del rastrojo de la cosecha de la caña de azúcar.

La conservación del rastrojo de la caña de azúcar sobre el suelo, además de evitar los efectos negativos de la quema sobre el medio ambiente, es económicamente beneficiosa, ya que mantenerlo conserva la humedad del suelo y esto significa una mayor producción, sobre todo en las zonas secas, al favorecer la infiltración del agua de lluvia o de riego, permitir la reducción de la población de malezas y por lo tanto disminuir el costo de control de estas tareas.

La disposición del rastrojo también disminuye la compactación de los suelos y aporta nutrientes y materia orgánica a los suelos y evita la erosión del terreno.

En aquellas zonas del área cañera donde, por problemas de excesos de humedad no resulta conveniente dejar el rastrojo de la cosecha sobre el suelo, se deben buscar alternativas de manejo que eviten la quema, como por ejemplo incorporar el rastrojo o retirarlo del campo con máquinas enfardadoras.

Este esfuerzo del sector cañero debe ser fuertemente acompañado por el gobierno, sus dependencias y los medios de comunicación para que en la sociedad se genere la conciencia de no quemar, ya que nos encontramos frente a un problema real de educación. De esta forma se evitarán los fuegos accidentales o provocados por la imprudencia.

Trabajando en conjunto todos los factores intervinientes en el sistema productivo cañero y la sociedad toda es posible que se lleve adelante una zafra más limpia, ordenada y segura, y a la vez minimizar los efectos negativos de las recientes heladas y de las que todavía pueden aparecer.

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