Y al final de la ceremonia, Charlene de Mónaco lloró

Y al final de la ceremonia, Charlene de Mónaco lloró

Alberto II se casó y el glamour volvió al principado, 55 años después de la boda -en blanco y negro- de Rainiero y Grace Kelly.

03 Julio 2011
MONTECARLO.- El príncipe Alberto II de Mónaco y la sudafricana Charlene Wittstock se dieron ayer el "sí" en una solemne ceremonia religiosa, un día después de haber contraído matrimonio por civil.

El patio del palacio, del siglo XIII, se transformó en una catedral al aire libre donde se reunieron jefes de Estado, representantes de las casas reales europeas y famosos. Fue la primera boda real celebrada en Mónaco desde hace más de medio siglo, cuando se casaron Rainiero y Grace Kelly.

El príncipe Alberto, que gobierna el pequeño Estado en la riviera francesa desde 2005, llegó primero, enfundado en el uniforme color crema de la guardia de palacio. Sonriendo tímidamente tras un velo de tul, la novia, visiblemente emocionada, miró hacia abajo en varias ocasiones. Llevaba la melena rubia recogida en un chignon y deslumbró con un vestido color marfil creado por el italiano Giorgio Armani. Charlene de Mónaco, de 33 años y que guarda de sus años de campeona de natación unas espaldas fuertes y anchas, debió soportar el peso de 40.000 cristales Swarovski, 20.000 madreperlas en forma de lágrimas, 30.000 "piedras en tonos de oro" y un velo de 20 metros.

Después de que la pareja se intercambiara los anillos, la cantante sudafricana Pumeza Matshikiza entonó la "Click Song" de Miriam Makeba. El arzobispo deseó a los novios un fructífero matrimonio para su propia felicidad y la de los monegascos.

En las primeras filas se sentaba la familia Grimaldi, encabezada por las hermanas del novio: Carolina -sin Ernesto de Hannover- y Estefanía. Más atrás se veía al presidente francés, Nicolas Sarkozy, al actor Roger Moore, al modisto Karl Lagerfeld y a la top modelNaomi Campbell. Fuentes de la organización de la boda confirmaron la veracidad de la crisis de pareja antes de la boda y de un probable pedido de reconocimiento de paternidad a Alberto.

"L?Express" había afirmado que tres días antes la novia había amenazado con partir a Sudáfrica. El semanario escribió que a último momento se convenció a Wittstock de que volviera a Mónaco y siguiera adelante con los preparativos para la boda principesca. (DPA-AFP-NA)

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