Hable con él
"Hamelin" | Drama / Sube a escena en El árbol de Galeano

"Desde aquí se ve toda la ciudad. A través de esta ventana he sido testigo de los progresos que hemos podido hacer. Pavimento, fuentes, enormes supermercados y lujosos edificios? También hemos iluminado y revalorizado antiguas construcciones. Joyas deslumbrantes, joyas que nos ciegan. Que nos impiden ver otra ciudad. Porque hay otra ciudad". La obra de Juan Mayorga, precisamente, habla de esa ciudad, de esa realidad que no vemos, o que a veces no queremos ver, directamente; de las hipocresías y de lacerantes hechos, como la situación de los niños marginales (no de los barrios obreros, sino de las villas donde proliferan cartoneros y desocupados).

"Hamelin" es un cuento sobre niños que pagan las culpas de los mayores (metáfora de "El flautista de Hamelin"). El protagonista es un fiscal que indaga si un niño está siendo abusado por un adulto. Primero dirige su investigación a un pedófilo cercano a la familia; luego a los padres del niño porque sospecha que estos han consentido el abuso y se han beneficiado de él. Pero el fiscal mismo tiene dificultades para establecer una comunicación con su propio hijo, al que poco a poco va perdiendo.

"Hamelin", no solo es una obra densa, dramática, política. También es una reflexión sobre el lenguaje, sobre el silencio, las palabras; y sobre el mismo teatro. La puesta está estructurada sobre una docena de cuadros que organiza el acotador, que, más que ello, es un relator, un narrador que presenta los personajes y las acciones, un rol en el que se luce con una muy buena interpretación Pablo Delgado

La puesta de Leonardo Goloboff acierta hasta en mantener una determinada distancia de los hechos, a los que no juzga (respetando al propio Mayorga); por eso está lejos de caer en la tentación de apelar a efectos o "golpes bajos" que provocarían, indefectiblemente, la adhesión inmediata del espectador; no hay concesiones, en ese sentido.

En las distintas actuaciones está marcado un tono ajustado, en el que el efecto de extrañamiento brechtiano parece asomar. El acotador pide silencio una y otra vez en la sala; un pedido que expresa todo un discurso. Luego afirma: "lo más difícil del mundo es hablar con un hijo". Pues, hable con él.

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