18 Junio 2011
"¿Por qué has hecho esto?", repetía una y otra vez el hombre en la comisaría. La pregunta iba dirigida a su hijo adolescente. Unas horas antes, la directora del colegio al cual asiste el muchacho le había encontrado una bolsita con marihuana en el bolsillo de una campera. Por eso, fue expulsado de la institución educativa, y el martes deberá presentarse con sus padres en la Justicia Federal.
El hecho ocurrió ayer a la mañana. Faltaban pocos minutos para que empiece el acto por el Día de la Bandera, y los alumnos se encontraban en el recreo.
La directora del colegio ubicado en el microcentro (el nombre de la institución y del alumno no se publican por razones legales), decidió recorrer los pasillos. En uno de los patios, un grupo de estudiantes dialogaba.
Como estaban abrigados con camperas que no se correspondían con el uniforme del colegio, la directora les pidió las prendas para guardarlas hasta la hora de salida. Según dijeron fuentes policiales, la mujer explicó que se trata de una normativa interna.
De acuerdo al parte policial, uno de los alumnos, de 15 años, se acercó hasta la oficina de la directora, y le pidió la campera para sacar el dinero que tenía en el bolsillo. Cuando la mujer tomó la prenda, notó un bulto extraño. Metió la mano en el bolsillo, y encontró una bolsita plástica que tenía una sustancia verde. El estudiante, asustado, huyó rápidamente de la dirección.
La directora llamó inmediatamente a la Policía. Sospechaba que se trataba de una sustancia ilegal. Personal de la seccional 1ª, a cargo de los comisarios Jorge Alderete, Julio Vargas y Antonio Quinteros llegó hasta el colegio, acompañados por un policía de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop).
El especialista comprobó que adentro de la bolsita había 16 gramos de marihuana compactada. El adolescente fue trasladado hasta la seccional 1ª, y la Policía ubicó a sus padres. Ambos tuvieron que dejar sus trabajos. La madre pidió permiso en el comercio donde se desempeña como empleada, y el padre llegó con sus ropas llenas de arena y cemento, ya que es albañil y estaba trabajando en una obra.
Allí se enteraron que el martes a la mañana tendrán que presentarse junto a su hijo ante el juez Federal Nº 2, Mario Racedo. Pero la directora del colegio les dio otra mala noticia: el adolescente ya no será bienvenido en el establecimiento.
El padre no podía creer lo que estaba escuchando. Una fuente policial comentó que tuvo una crisis de nervios, y le reprochaba constantemente al muchacho la situación. "No lo queremos ver más por el colegio", habría dicho la directora.
Sorpresa
En la puerta de su casa, antes de salir a trabajar, la madre del adolescente dialogó con LA GACETA. La mujer se mostró sorprendida ante la situación. "Nunca tuve problemas con ninguno de mis hijos. Incluso él (por el adolescente a quien le encontraron la droga) siempre se portó bien. Todavía no lo puedo creer", dijo la empleada de comercio.
El estudiante negó ser el dueño de la droga. "La única explicación que dio es que un amigo le había pedido que la tuviera. No sé si será cierto, pero espero que ahora que no estará en la casa se aleje de los amigos que tenía aquí. Creo que ellos lo perjudicaban", manifestó la mujer.
Los padres del menor están separados. Desde ahora, el muchacho vivirá con su padre, con quien trabajará como albañil.
Aún así, la situación académica del muchacho les preocupa a sus progenitores. "Era muy buen alumno, tenía buenas notas. ¿Cómo conseguiremos un colegio que lo acepte a esta altura del año y con este antecedente?", expresó la madre del adolescente.
La manera en que los trataron desde la institución a la que asistía su hijo molestó a la empleada de comercio. "Fue un trato cortante, como queriéndose sacar un problema de encima. Sólo nos dijeron que no vuelva más", manifestó. Ahora, contener al muchacho y buscar un nuevo colegio será la tarea de los padres.
El hecho ocurrió ayer a la mañana. Faltaban pocos minutos para que empiece el acto por el Día de la Bandera, y los alumnos se encontraban en el recreo.
La directora del colegio ubicado en el microcentro (el nombre de la institución y del alumno no se publican por razones legales), decidió recorrer los pasillos. En uno de los patios, un grupo de estudiantes dialogaba.
Como estaban abrigados con camperas que no se correspondían con el uniforme del colegio, la directora les pidió las prendas para guardarlas hasta la hora de salida. Según dijeron fuentes policiales, la mujer explicó que se trata de una normativa interna.
De acuerdo al parte policial, uno de los alumnos, de 15 años, se acercó hasta la oficina de la directora, y le pidió la campera para sacar el dinero que tenía en el bolsillo. Cuando la mujer tomó la prenda, notó un bulto extraño. Metió la mano en el bolsillo, y encontró una bolsita plástica que tenía una sustancia verde. El estudiante, asustado, huyó rápidamente de la dirección.
La directora llamó inmediatamente a la Policía. Sospechaba que se trataba de una sustancia ilegal. Personal de la seccional 1ª, a cargo de los comisarios Jorge Alderete, Julio Vargas y Antonio Quinteros llegó hasta el colegio, acompañados por un policía de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop).
El especialista comprobó que adentro de la bolsita había 16 gramos de marihuana compactada. El adolescente fue trasladado hasta la seccional 1ª, y la Policía ubicó a sus padres. Ambos tuvieron que dejar sus trabajos. La madre pidió permiso en el comercio donde se desempeña como empleada, y el padre llegó con sus ropas llenas de arena y cemento, ya que es albañil y estaba trabajando en una obra.
Allí se enteraron que el martes a la mañana tendrán que presentarse junto a su hijo ante el juez Federal Nº 2, Mario Racedo. Pero la directora del colegio les dio otra mala noticia: el adolescente ya no será bienvenido en el establecimiento.
El padre no podía creer lo que estaba escuchando. Una fuente policial comentó que tuvo una crisis de nervios, y le reprochaba constantemente al muchacho la situación. "No lo queremos ver más por el colegio", habría dicho la directora.
Sorpresa
En la puerta de su casa, antes de salir a trabajar, la madre del adolescente dialogó con LA GACETA. La mujer se mostró sorprendida ante la situación. "Nunca tuve problemas con ninguno de mis hijos. Incluso él (por el adolescente a quien le encontraron la droga) siempre se portó bien. Todavía no lo puedo creer", dijo la empleada de comercio.
El estudiante negó ser el dueño de la droga. "La única explicación que dio es que un amigo le había pedido que la tuviera. No sé si será cierto, pero espero que ahora que no estará en la casa se aleje de los amigos que tenía aquí. Creo que ellos lo perjudicaban", manifestó la mujer.
Los padres del menor están separados. Desde ahora, el muchacho vivirá con su padre, con quien trabajará como albañil.
Aún así, la situación académica del muchacho les preocupa a sus progenitores. "Era muy buen alumno, tenía buenas notas. ¿Cómo conseguiremos un colegio que lo acepte a esta altura del año y con este antecedente?", expresó la madre del adolescente.
La manera en que los trataron desde la institución a la que asistía su hijo molestó a la empleada de comercio. "Fue un trato cortante, como queriéndose sacar un problema de encima. Sólo nos dijeron que no vuelva más", manifestó. Ahora, contener al muchacho y buscar un nuevo colegio será la tarea de los padres.
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