"Dar créditos a la producción no es un mal negocio"

"Dar créditos a la producción no es un mal negocio"

Según el presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior, se triplicaron las líneas de crédito para el NOA. Afirmó que es necesario que los bancos comerciales comiencen a pensar en líneas de largo plazo, más allá de los tres años de los préstamos para consumo.

12 Junio 2011
La explosión del consumo ha sido el sustento del crecimiento económico argentino de los últimos años. Las entidades financieras focalizaron sus políticas hacia el financiamiento de corto plazo, un negocio que incrementó la rentabilidad bancaria. Sin embargo, la producción sigue demandando líneas de financiamiento que sustenten el desenvolvimiento económico de largo plazo, a más de tres años. Y, en esta idea, el presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), Mauro Alem, sostiene que hay que mirar menos la rentabilidad de corto plazo y más las posibilidades de inversión de largo aliento. Lo dijo durante una entrevista con LA GACETA, luego de inaugurar la oficina en Tucumán del BICE, que será la base de operaciones para el NOA.

-¿Es posible cambiar la orientación en las políticas de las entidades bancarias?

-Creo que es importante la revitalización del financiamiento al consumo, pero de una manera sustentable y genuino. Pero un proceso que las instituciones financieras están mandadas a hacer es que se financiara también al capital de trabajo. El desafío, entonces, es que los bancos comerciales vuelvan a pensar en la producción como negocio. La banca pública lo ha demostrado en los últimos años que orientarse hacia la inversión productiva no es un mal negocio. Es cierto que prestar al consumo de más corto plazo es "el" negocio, pero es momento de revisar los números de la rentabilidad y empezar a pensar en prestar a 10 años de plazo. Hay cuestiones regulatorias que heredamos de la década de 1990 respecto de las tasas. Cuando la idea de internacionalizarse y globalizarse está en ciernes, uno no puede dejar de pensar en defenderse con herramientas propias. Desde 2003, nosotros como país hicimos eso. Y, desde esa perspectiva, desde esta gestión vemos que el aliento a la producción y al desarrollo es un negocio sustentable que genera los impactos que uno espera, que al gente se eduque y que haya más trabajo.

-Muchos observan que las elecciones retraen inversiones...

-Escucho a mucha gente que quiere asociar los factores políticos a la economía. Y eso se desmiente con la realidad. Por caso, desde el BICE en 2010 tuvimos un récord de $ 1.000 millones de desembolsos y empezamos 2011 planificando los próximos años. No cayeron las tasas de crecimiento de las líneas de crédito. Claro está que hay empresas que postergaron sus decisiones importantes, pero no dejaron de invertir en el negocio que llevan adelante.

-¿Cómo espera que se desenvuelva la economía?

-De alguna forma tranquiliza observar que lo macro está sustentado en lo micro. Hoy hay una política macroeconómica argentina enfocada en resolver los problemas de endeudamiento externo y los recursos financieros no han dejado de destinarse a la inversión. Ese es el desafío que tenemos hacia adelante, seguir creciendo con una inversión en lo micro más importante. Creo que los empresarios ven algunas señales de cierta certidumbre sobre cómo se maneja la economía. Y lo percibimos día tras día.

-¿Cree que pueden llegar a mantenerse los superávit gemelos (fiscal y comercial)?

-Reitero, hay sustentabilidad de la microeconomía. Tuvimos épocas en las que invertir era sinónimo de importar, porque había acceso al financiamiento externo barato. Y hubo mucha inversión que se sostuvo con endeudamiento, que luego se comprobó con la falta de sustentabilidad. Esta, la de ahora, es una etapa muy distinta, en la que en los últimos años se observó que hay mucho financiamiento que se hacer con recursos de los empresarios y del sistema financiero. Y esto invita a alargar los plazos. Ese es el gran desafío para el sistema financiero. Cuando uno mira cualquier economía cercana (Chile o Brasil, por ejemplo), se da cuenta de que los créditos a largo plazo son una parte importante del financiamiento. Y, entonces, es necesario que el sistema financiero argentino salga del esquema de un régimen que no supera los tres años de plazo.

-¿Qué sucederá con el financiamiento al NOA?

-El hecho de desembarcar en el NOA refuerza nuestra política nacional de darle herramientas a las economías regionales. Y ese proceso ya tiene sus resultados. Por caso en 2009 al NOA se la asistió con $ 50 millones de créditos para la inversión. Ahora proyectamos triplicar a $ 150 millones. Y allí está la prueba de la descentralización.

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