Las chicas de hoy quieren menos hijos

Las chicas de hoy quieren menos hijos

En la ciudad de Tucumán, la "familia tipo" es de 3,5 integrantes. En baja.

15 Mayo 2011
Cuando Enrique nació, María tenía 18 años. Ella era la mayor de cinco hermanos. En su casa materna, recuerda la ahora abogada de 60 años, había una cama al lado de la otra. Era imposible un momento de tranquilidad. "No había mucha plata. El menú siempre eran platos económicos: fideos, guisos, papas. Todo se heredaba: la ropa, los libros, los calzados", recuerda. Para bañarse había turnos establecidos. Y las tareas de la casa eran responsabilidad de todos. María cuenta que su niñez y adolescencia fueron muy felices. Valora los recuerdos de una casa siempre llena, muy vívida. Sin embargo, asegura que su mamá fue muy valiente para tener tantos hijos. La letrada y sus hermanos formaron sus respectivas familias, todas con dos hijos. De esta tercera generación, aunque la mayoría supera los 30 años, todavía no llegaron los bebés. "Se quieren recibir, trabajar y después ver qué viene. Ya nadie desea hacer grandes sacrificios para tener muchos chicos", describe.

En una sociedad caracterizada en otras épocas por familias muy numerosas, hoy ya no llaman la atención las parejas sin hijos o aquellas con sólo uno o dos descendientes. Esa postal de la mamá, el papá y una buena cantidad de hijos rodeándolos, la casa, el perro... todo es parte del recuerdo. La última Encuesta Permanente de Hogares en la ciudad de San Miguel de Tucumán, realizada en 2010, demuestra que la familia tipo que se consolida en la capital tiene 3,5 integrantes.

La tendencia se ajusta aún más en el centro de la ciudad porque es el espacio donde se encuentran más viviendas unipersonales, matrimonios solos o con un sólo hijo. Según las proyecciones, no falta mucho para que la familia tipo sea: mamá, papá y un descendiente.

Muchos padres hablan del factor económico como la principal razón para no tener muchos hijos. Esto incluye muchas cosas, que van desde la ropa y comida hasta los espacios disponibles en la vivienda, la salud, la educación, las vacaciones, el cuidado cuando mamá y papá trabajan.

A estas cuestiones se suma el cambio en el rol de la mujer y su mayor inserción laboral. En ese contexto, las parejas se casan o se van a vivir juntos más tarde y analizan la posibilidad de tener (o no) hijos después de los 30 años.

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