Un seductor con familia ficticia

Un seductor con familia ficticia

Danny le pide a Katherine, su secretaria, que simule ser su esposa, y que están por divorciarse; necesita montar esta farsa para tratar de conquistar a una bella joven. Pero los enredos se multiplicarán cuando los hijos de Katherine se sumen a la supuesta familia de Danny.

07 Mayo 2011
UNA ESPOSA DE MENTIRA | Comedia - PM13 115´
REGULAR

Dennis Dugan ya hizo varias películas con Adam Sandler ("Un papá genial", "Yo los declaro marido y... Larry", "No te metas con Zohan") y la dupla nunca logró un resultado altamente satisfactorio. En esta oportunidad, la trama se basa (libremente) en "Flor de cactus", una comedia inspirada, a su vez, en una exitosa obra de teatro. La película no logra alzar vuelo, a pesar de que en el primer cuarto de hora pareciera establecerse un planteo interesante, con elementos originales como base de la comedia de enredos. Dugan presenta al personaje de Sandler, un cirujano plástico, a través de la relación con sus pacientes y ex pacientes, y apela a elementos sorpresivos para esbozar una crítica a la adicción que tienen algunas personas a las cirugías estéticas. Pero la ilusión dura poco; el guión rápidamente se centra en los malos entendidos que surgen de la falsa relación del protagonista con su secretaria (y después, con los hijos de ésta) dentro de una trama de mentiras montadas para seducir a una muchacha.

La incorporación de Jennifer Aniston y de la bella Brooklyn Decker al elenco, al igual que la participación de Nicole Kidman, no implica un salto de calidad sino más de lo mismo en los remanidos recursos tantas veces vistos en este tipo de películas. Es una pena, porque en algunas (pocas, muy pocas) escenas, Sandler y Aniston demuestran que son capaces de manejar el género con buenas armas, y que tal vez con otro guión, la comedia hubiera salido a flote. No es así, y la reiteración de momentos ridículos termina con cualquier posibilidad de éxito. El resultado es una trama absurda, con abuso de escenarios supuestamente "paradisíacos", y momentos tan claramente preparados para el lucimiento de los actores (sobre todo, de los chicos) que terminan por producir exactamente el efecto contrario en el espectador.

Sin sorpresas, con un final "cantado" y personajes secundarios sin lucimiento, la comedia naufraga a pesar de los esfuerzos de los protagonistas.

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