09 Abril 2011
Silvia Raquel Lai, de 42años, fue considerada por laJusticia como partícipenecesaria del homicidioagravado de su esposo. Estáen la cárcel de la Mujer.
¿Qué estará haciendo Luis Rafael Piccinetti en esos momentos? Sólo él y quienes saben dónde se oculta conocen la respuesta. Pero seguramente sentirá que se ha salido con la suya una vez que conozca los fundamentos de la sentencia que jamás escuchó.
Ayer, los vocales de la sala IV de la Cámara Penal, María del Pilar Prieto, Horacio Lázaro Villalba y Marta Cavallotti, explicaron por qué condenaron a prisión perpetua a Silvia Raquel Lai, esposa y -según los magistrados- partícipe necesaria del homicidio agravado de Eduardo José Salas. Y, aunque no mencionan a Piccinetti con nombre y apellido, los jueces dan por sentado que él fue el autor material del crimen.
Según el fallo, el 15 de abril de 2007, entre las 3.30 y las 4, Salas estaba durmiendo en la planta baja de su casa, situada en Trancas.
Las comunicaciones vía celular entre Lai y Piccinetti; las declaraciones de varios testigos; y el hallazgo de sangre de la víctima en prendas del profesor de gimnasia (constatada mediante estudios genéticos) fueron las pruebas más firmes que valoraron los jueces.
"Silvia Raquel Lai estuvo comunicada con su cómplice desde las 7.22 del día 14, en forma ininterrumpida hasta las 4.29 del 15/07/2007, cuando su marido ya había muerto", dice el fallo. Así, aunque Lai lo negaba, los jueces dieron por acreditado que existía una relación y una complicidad entre ella y Piccinetti.
El masajista se fugó el 21 de febrero y deberá ser juzgado de nuevo, probablemente por otro tribunal. Pero su relato también fue tenido en cuenta por los camaristas.
"El accionar de Lai, al ir guiando al atacante de su marido, cumpliendo un propósito preexistente, despejando pistas a través de mensajes y llamadas telefónicas, la frialdad de su conducta antes, durante y después del siniestro (los testigos son contestes de que al recibir la noticia de la muerte trágica de su marido por parte de su hermano se mantuvo imperturbable, como si ello no la sorprendiera) la señalan (...) de manera inexorable", aseveran los camaristas. Y añaden: "la relación afectiva que (Lai) mantenía con su cómplice, que llegó a oídos de su propio marido, hizo que este fuera a reclamarle al gimnasio que dejara a su mujer, manteniendo una fuerte discusión, perdiendo en este hecho aquel (por Piccinetti) una pieza dental".
Las 21 páginas que componen los fundamentos serán analizadas por el defensor de Lai, Manuel Pedernera. "Presentaremos un habeas corpus, pues se dictó la privación de su libertad cuando el fallo aún no está firme", dijo el letrado. Mientras tanto, Piccinetti sigue en las calles. ¿De qué ciudad? Nadie lo sabe.
Ayer, los vocales de la sala IV de la Cámara Penal, María del Pilar Prieto, Horacio Lázaro Villalba y Marta Cavallotti, explicaron por qué condenaron a prisión perpetua a Silvia Raquel Lai, esposa y -según los magistrados- partícipe necesaria del homicidio agravado de Eduardo José Salas. Y, aunque no mencionan a Piccinetti con nombre y apellido, los jueces dan por sentado que él fue el autor material del crimen.
Según el fallo, el 15 de abril de 2007, entre las 3.30 y las 4, Salas estaba durmiendo en la planta baja de su casa, situada en Trancas.
Las comunicaciones vía celular entre Lai y Piccinetti; las declaraciones de varios testigos; y el hallazgo de sangre de la víctima en prendas del profesor de gimnasia (constatada mediante estudios genéticos) fueron las pruebas más firmes que valoraron los jueces.
"Silvia Raquel Lai estuvo comunicada con su cómplice desde las 7.22 del día 14, en forma ininterrumpida hasta las 4.29 del 15/07/2007, cuando su marido ya había muerto", dice el fallo. Así, aunque Lai lo negaba, los jueces dieron por acreditado que existía una relación y una complicidad entre ella y Piccinetti.
El masajista se fugó el 21 de febrero y deberá ser juzgado de nuevo, probablemente por otro tribunal. Pero su relato también fue tenido en cuenta por los camaristas.
"El accionar de Lai, al ir guiando al atacante de su marido, cumpliendo un propósito preexistente, despejando pistas a través de mensajes y llamadas telefónicas, la frialdad de su conducta antes, durante y después del siniestro (los testigos son contestes de que al recibir la noticia de la muerte trágica de su marido por parte de su hermano se mantuvo imperturbable, como si ello no la sorprendiera) la señalan (...) de manera inexorable", aseveran los camaristas. Y añaden: "la relación afectiva que (Lai) mantenía con su cómplice, que llegó a oídos de su propio marido, hizo que este fuera a reclamarle al gimnasio que dejara a su mujer, manteniendo una fuerte discusión, perdiendo en este hecho aquel (por Piccinetti) una pieza dental".
Las 21 páginas que componen los fundamentos serán analizadas por el defensor de Lai, Manuel Pedernera. "Presentaremos un habeas corpus, pues se dictó la privación de su libertad cuando el fallo aún no está firme", dijo el letrado. Mientras tanto, Piccinetti sigue en las calles. ¿De qué ciudad? Nadie lo sabe.
Lo más popular
