Descubrieron en un video que su nieto robaba

Descubrieron en un video que su nieto robaba

Dos abuelos vieron en internet la filmación del asalto a una panadería, reconocieron a uno de los menores y lo entregaron a la Policía. "No lo podía creer; me quería morir", dijo el hombre, de 67 años. El chico, de 17, está en el Roca. "Vamos a ayudarlo".

EL VIDEO QUE MOTIVÓ LA DENUNCIA. Pato (de capucha en el recuadro de arriba a la derecha) asaltó una panadería con un cómplice el 28 de marzo. CAPTURA DE VIDEO EL VIDEO QUE MOTIVÓ LA DENUNCIA. "Pato" (de capucha en el recuadro de arriba a la derecha) asaltó una panadería con un cómplice el 28 de marzo. CAPTURA DE VIDEO
07 Abril 2011
- Hola. Soy la madre de "Pato". Él ya está aquí. Vengan.

Irma colgó el teléfono sin esperar respuesta. Apoyó la cabeza en el hombro de su marido, Carlos, y esperó el abrazo. No se dijeron nada. Sólo podían esperar.

"Pato" tiene 17 años. Su nombre es ficticio, pero es la condición que pusieron Irma y Carlos para contar esta historia. Ellos tampoco son los padres del chico, sino sus abuelos. "Pero lo cuidamos y queremos como a un hijo; por eso lo tratamos así", explican. No lo dicen sonriendo. Están muy preocupados por él.

El matrimonio vive con dos hijas y algunos nietos en barrio Santillán (a pocas cuadras de "La Bombilla"). "Acá no nos falta nada. Somos gente de bien", cuenta Carlos, que tiene 67 años y todavía trabaja como albañil.

Por eso, dice, le dolió tanto ver cómo había elegido ganarse la vida "Pato".

El 31 de marzo a la madrugada, una de las tías del joven se sentó frente a la computadora en su casa. Entró a LAGACETA.com y vio un video sobre un asalto perpetrado cuatro días antes en la panadería "Polo Norte", que está en avenida Belgrano al 3.800.

Los ladrones eran dos. A uno de ellos lo reconoció en el acto: era "Pato".

- Papá, ¿tomaste los remedios?-, le preguntó la mujer a Carlos, que estaba en la cama.

- Sí, hija. ¿Qué pasa?

- Vení a la computadora, quiero mostrarte algo.

Carlos vio el video y comenzó a llorar sin consuelo. "Pato" se acercaba al mostrador del negocio y simulaba buscar plata en la billetera mientras su cómplice hacía de campana. Después, se ponía una capucha, sacaba un arma y lo que resta ya se sabe. "No lo podía creer; me quería morir", dice Carlos.

Esa noche, el chico no fue a dormir a su casa.

A la mañana siguiente, cuando vieron la crónica en el diario, decidieron ir a la comisaría. "Les dijimos a los policías que poníamos a disposición de la Justicia nuestra casa. Hace poco, cuando hablamos con un médico del Obarrio por el problema de mi hijo, nos dijo que no lo íbamos a ayudar con gritos ni golpes, sino que debíamos buscar la forma de que tenga la voluntad de salir de esa basura", explica Carlos. Pero comienza a llorar de nuevo y debe interrumpir su relato.

Y al fin regresó

Los días pasaron sin noticias del chico. Hasta que el miércoles a la tarde apareció en la casa.

Carlos lo notó muy mal.

- ¿Querés que le diga a tu mamá que te haga un bife?-, le ofreció. "Pato" negó con la cabeza.

- Me voy en un rato-, le avisó el muchacho. Su abuelo se dio cuenta de que el chico se sabía buscado por la Policía. "Él también debe haber visto el video en internet", pensó.

Entonces, Carlos e Irma decidieron hacer el llamado a la comisaría. Pero, en un descuido, el chico se subió a su moto y se fue. "Estaba enojado porque no le queríamos dar $ 50. Cuando los policías llegaron, creímos que él no volvería más", dijo el albañil.

Pero "Pato" regresó. Y cuando vio a los agentes en su casa se puso furioso. Los abuelos no sabían qué decirle. "Se me partía el alma, pero tomamos esa determinación para ayudarlo a él. Nosotros jamás tuvimos problemas con nadie. En mi trabajo me tienen mucha confianza; me entregan llaves y todo. Eso es lo que yo siempre traté de enseñarle", afirma Carlos.

Por orden del juez de Menores, Raúl Ruiz, los agentes de la seccional 6ª llevaron al chico directamente al Instituto Roca.

Ayer a la mañana, la tía y la madre biológica del adolescente estuvieron en la sede penal de Tribunales. Y hablaron con Ruiz. No para pedirle que liberara al chico, sino todo lo contrario. "No podemos permitir que salga a la calle como si nada si sigue con su problema. Le pedimos que le dé un tratamiento, que se haga algo por ayudarlo", señaló la tía.

Carlos dice que no sabe cuál es la solución. Hace ya un año que su nieto no es el que era. "Dejó el colegio y empezó a juntarse con chicos de acá a la vuelta que se portan mal. Estoy seguro de que lo empavuraron, de que lo llevaron a robar porque es menor. Pero nosotros vamos a ayudarlo", dijo. Él no tiene dudas: "Pato" volverá a portarse bien.

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