08 Marzo 2011
NO RESISTIO. Las primeras reparaciones en la zona no soportaron la fuerza de las aguas. LA GACETA / JOSE INESTA
La zona donde se produjo el corte por la rotura del puente del río Las Cañas, en la ruta 34, de Salta, es una olla a presión. Mientras se estira cada vez más la larga cola de rodados de ambos lados, crece el enojo de los automovilistas varados por la falta de asistencia. "No tenemos ni agua y nadie se hace cargo", relató el tucumano Cristian Aballay a LA GACETA.
El hombre, de Concepción, se encuentra allí desde las 22 de ayer, junto a su esposa y sus tres pequeños hijos. "La situación va de mal en peor porque nos dijeron que recién mañana se habilitaría el paso. Esto es un desastre", manifestó, impotente, por el inesperado mal trago con el que terminará sus días de descanso.
Aballay señaló, además, que el malestar se generalizó porque no hay ninguna voz oficial que sepa darles precisiones acerca del estado real de la situación. "No se entiende esta falta de atención, es inexplicable. Ni siquiera podemos retornar a Metán porque allí también se han terminado los víveres en las estaciones de servicio", expresó. LA GACETA ©
El hombre, de Concepción, se encuentra allí desde las 22 de ayer, junto a su esposa y sus tres pequeños hijos. "La situación va de mal en peor porque nos dijeron que recién mañana se habilitaría el paso. Esto es un desastre", manifestó, impotente, por el inesperado mal trago con el que terminará sus días de descanso.
Aballay señaló, además, que el malestar se generalizó porque no hay ninguna voz oficial que sepa darles precisiones acerca del estado real de la situación. "No se entiende esta falta de atención, es inexplicable. Ni siquiera podemos retornar a Metán porque allí también se han terminado los víveres en las estaciones de servicio", expresó. LA GACETA ©
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