Jonathan Wheeler: el ironman con acento tucumano

Jonathan Wheeler: el ironman con acento tucumano

Competirá en la categoría más difícil

EN MARCHA. Wheeler se prepara para un año duro, a pura competencia. GENTILEZA JONATHAN WHEELER EN MARCHA. Wheeler se prepara para un año duro, a pura competencia. GENTILEZA JONATHAN WHEELER
01 Marzo 2011
"¡Como llueve! Igual voy a salir a correr, a ver si esta lluviecita es capaz de pararme..." Que no lo confunda el diminutivo elegido: afuera se caía el cielo. Pero al hombre de hierro tucumano no lo paró la tormenta. Es que Jonathan Wheeler está acostumbrado a los desafíos. Después de ocho temporadas en el triatlón abandonará la categoría más joven (de 18 a 24 años), para integrarse a la categoría B (de 25 a 29), la más exigente y competitiva.

"Este año quiero correr el IronNOA (en La Cocha, el 7 de mayo). Será el primer triatlón distancia ironman (hombre de hierro en inglés), con 3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42 de pedestrismo", explica Wheeler.

El tucumano se parece a Tony Stark, el superhéroe experto en física e ingeniería eléctrica, porque además es ingeniero químico y trabaja en una citrícola. "Me gustaría iniciar mi propia empresa o fábrica", apunta Wheeler... Pura coincidencia con Iron Man de los cómics y las películas.

Wheeler siempre quiere más, su espíritu deportivo así lo impone. "Lo mejor sería participar del campeonato Mundial Ironman en Hawai, correr como amateur y superarme a mi mismo. Dejaría todo intentándolo" afirmó con una pasión desbordante. Pero tampoco se aleja de la realidad: "creo que el deporte de alto rendimiento está limitado a un grupo selecto, dispuesto a arriesgar su salud para obtener el éxito. Mi idea es seguir saludable y tener una larga vida deportiva".

Pero así como hay esperanzas, también hay un prontuario de metas alcanzadas. "Mi mejor logro fue haber obtenido el quinto puesto en el "Ironman Brasil 2010" y tan sólo cinco meses después ganar una de las categorías de la Maratón Internacional de Buenos Aires, indicó. Para llegar a disfrutar de tales lauros, Wheeler debió dejar de lado costumbres características de todo joven provinciano. Lo suyo es puro entrenamiento. A este hombre de hierro no hay con qué darle, ni la lluvia puede siquiera herrumbrarlo.

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