Volviendo a la vida después de las vacaciones

Volviendo a la vida después de las vacaciones

Un estudio chileno ofreció algunos consejos para que el efecto del descanso veraniego no se esfume en pocos días.

GOLPE DE REALIDAD. Aconsejan tener experiencias intensas al final del viaje. LA GACETA / ARCHIVO GOLPE DE REALIDAD. Aconsejan tener experiencias intensas al final del viaje. LA GACETA / ARCHIVO
26 Enero 2011
No importa cuánto duren: una semana, quince días, un mes... las vacaciones nunca, pero nunca, serán suficientes. Antes de salir, todas las expectativas se cargan en las valijas y se espera de las vacaciones un cambio rotundo que nos ayude a empezar el año de otra manera; pero, si el tiempo no alcanzó, o si no se hizo todo lo que se esperaba hacer, el apetito veraniego queda insatisfecho. Por eso, un estudio realizado por el diario chileno "La Tercera" difundió una serie de claves para lograr que el efecto placentero de las vacaciones se prolongue unas semanas más.

Según el estudio, hay personas a las que el descanso y la relajación, producto de las vacaciones sólo les dura tres días después de volver. Luego, el cansancio, el estrés y las obligaciones vuelven a ser parte de la rutina, casi como si no hubiera habido ningún respiro.

Por eso, para maximizar los beneficios del verano, el estudio expone algunos consejos que el psicólogo tucumano José María Blunda analiza, tomando de base las costumbres de los habitantes de la provincia.

Vacaciones a medida

El receso de verano debe ser un momento en el que el cuerpo y la mente recuperen las energías agotadas durante el año; por ello, distintos profesionales consideran que hay que planear vacaciones acorde a los gustos propios. No hay que olvidar que las vacaciones son para descansar, y cada persona tiene su manera de hacerlo. Por ello, hay que buscar que los planes para el verano sean coherentes con las características de la personalidad propia.

En pocas palabras: si el gusto personal es la comodidad del hotel, no se debe planear un viaje de aventura en carpa, por ejemplo. "Las vacaciones deben ser fuente de relax y placer. Es necesario armar las vacaciones a mi manera para que garanticen el disfrute. Si están planteadas en base a nuestros gustos y motivaciones el efecto persistirá mucho tiempo" explica Blunda y destaca que hay que tener en cuenta que proponerse expectativas incoherentes puede originar profundas insatisfacciones al regreso.

Lo último será lo mejor

Según el estudio, varios expertos han planteado la "regla del peak-end", que significa tener una experiencia intensa o distinta poco antes de llegar al final de las vacaciones. "Siempre lo último que hacemos resignifica a todo lo anterior. Las últimas actividades realizadas son las primeras que se nos vienen a la cabeza al recordar un viaje", aclara Blunda.

Sin embargo, el especialista explica que no siempre esta regla funciona de igual modo. "A veces, para que la alegría de las vacaciones sea completa es preferible realizarlas cuando uno quiere. Si un día surgen las ganas de hacer algo alocado o distinto, está bien, no importa si es el primer o el último día", asegura.

Dan Ariely, un economista especializado en comportamiento de la Universidad de Duke, dice que planificar, experimentar y recordar, son los elementos clave para que el efecto de las vacaciones no se desvanezca en tres días. Ante esto, el estudio publicado en "La Tercera" explica que lo más difícil es el último punto: recordar. Según los especialistas, los importante es mantener vivos los recuerdos, mediante fotos y contándole a los familiares y amigos todas las actividades realizadas durante las vacaciones.

"Es importantísimo mantener vivos los recuerdos. Porque con el transcurso del tiempo las cosas lindas se vuelven transparentes, mientras que los malos momentos toman fuerza y cobran protagonismo. Por ello, es fundamental tener estímulos que nos hagan recordar y nos lleven a esos momentos agradables otra vez, de modo de volver a vivir lo placentero, en este caso, de las vacaciones", analiza el psicólogo.

Otro de los consejos que ofrece la investigación es que si durante las vacaciones se tomaron clases de una actividad particular, es conveniente continuarlas durante el año. Eso permitiría mantener el placer que se disfrutó durante el verano. Por su parte, Blunda coincide con esta idea, pero agrega que hay que tener en cuenta que cada persona tiene un reloj biológico, un bioritmo que sufre modificaciones en función de la rutina. "En las vacaciones la rutina cambia, por lo tanto el bioritmo también. Al regreso es necesario modificar ese reloj biológico para continuar con la vida cotidiana; este cambio se debe hacer de manera gradual", advierte.

Afrontar la realidad

El regreso a casa impone indudablemente retomar responsabilidades y -quizás- problemas, relacionados al trabajo, estudio e incluso quehaceres domésticos. Este estudio pone de manifiesto las "estrategias de afrontamiento" que tienen que ver con la manera en que uno encara esas obligaciones.

Hay dos tipos de estrategias: por un lado, evadir temporalmente el problema y, de a poco, ir solucionando todo; por otro, atacarlo directamente para luego tener más tiempo libre. En este sentido, Blunda propone que es fundamental aceptar la realidad y tener una actitud positiva y, de ese modo, la readaptación será agradable y el ?gustito? de las vacaciones se mantendrá un tiempo más.

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