02 Enero 2011
El 26 de diciembre de 2004, un terremoto de magnitud 9,1 grados en la escala de Richter, a lo largo de Sumatra, causó un devastador tsunami en el Océano Indico que arrasó también las costas de una docena de países de Asia oriental. Unas 230.000 personas -un tercio de ellos chicos- murieron aplastadas por las inmensas olas. Turistas, pescadores, hoteles, viviendas y autos fueron arrastrados por murallas de agua de 10 metros que dejaron un panorama desolador. La ayuda internacional fue gigantesca, pero la imagen de miles de huérfanos vagando por las calles quedó en la retina de millones de televidentes que veían azorados los destrozos causados por el fenómeno natural. Aún hoy hay padres que no cesan en la búsqueda de hijos que el agua les arrebató.
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