Si no se derrocha el agua, se solucionará la crisis de escasez

Si no se derrocha el agua, se solucionará la crisis de escasez

Según un experto, es innecesaria la represa.

<b>  Adler </b> sostiene que se debe medir el consumo domiciliario y que las industrias deben reciclar el agua que emplean. Adler sostiene que se debe medir el consumo domiciliario y que las industrias deben reciclar el agua que emplean.
21 Noviembre 2010
Potrero de las Tablas sólo será necesario dentro de 20 años, pero el Gobierno insiste con construirlo porque no tiene una estrategia en obras hídricas. Pero para solucionar la escasez de agua potable en el Gran San Miguel de Tucumán no hace falta una represa: alcanza con el uso racional del recurso en las viviendas y en las industrias. Las advertencias son del ingeniero Franklin Adler, docente del área hidráulica de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT y especialista en recursos hídricos. En diálogo con LA GACETA, él afirma que la postergación del embalse de Lules es un "afortunado fracaso".

- ¿Por qué Potrero de las Tablas será necesario sólo dentro de dos décadas?

- Porque está destinada a proveer de agua al conglomerado del Gran San Miguel, a San Pablo y a Lules cuando El Cadillal ya no asegure una provisión garantizada. Pero en ese ámbito urbano hay, históricamente, un inadmisible derroche de agua: hay que actuar prioritariamente sobre las pérdidas por filtraciones y por los malos usos. Un vaso natural de embalse es, en Tucumán, un recurso natural escaso: hay que preservarlo hasta que no haya otra alternativa. Construir Potrero de las Tablas hoy es contribuir al derroche y degradar ese espacio físico valioso, que se llenará prematuramente con sedimento.

- ¿Cuáles son las objeciones que tiene respecto del proyecto?

- Los aspectos de ingeniería no son lo más relevante, sino la concepción estratégica de la obra: no surge de una planificación de los recursos hídricos de Tucumán: eso ni siquiera existe. El Estado no tiene organismos capacitados en la planificación, operación y mantenimiento de diques de embalse y planeamiento hídrico. Un defecto histórico que ningún Gobierno afronta.

- ¿Cómo cree que se está manejando la iniciativa?

-Al no haber políticas adecuadas, las estrategias para el agua no son las correctas.

- ¿Cuáles serían las alternativas antes de hacer un dique?

- Hoy, para aumentar la disponibilidad de agua para todos los usuarios (población, agricultura e industria), lo lógico pasa por dos grandes lineamientos. El primero consiste en reducir racionalmente los usos del agua: la potable se debe medir y cobrar acorde a lo consumido; las industrias deben recuperar y reciclar el agua usada; y la agricultura debe regar con técnicas modernas. Esto último es muy complejo de implementar en nuestra provincia. Lo segundo es que el Estado debería aumentar la oferta de agua, evitando las pérdidas en sus redes de distribución. De allí surge que se deberían priorizar las obras de revestimiento de los canales de riego y recuperar las redes distribuidoras de agua.

- ¿Cómo considera que la Secretaría de Obras Públicas trabaja en materia de obras hídricas?

- Al no haber una estrategia definida y carecer de una estructura "pensante y obrante", Tucumán sigue improvisando: resolviendo la coyuntura y esperando que la naturaleza corrija el ciclo hidrológico y que el cielo nos salve de un colapso generalizado.

-¿Cuál es la situación general de los diques de Tucumán?

-El Cadillal ya perdió el 40 % de su capacidad, y no se hace nada para preservarlo y extender su vida útil. Escaba es el mejor embalse, a pesar de ser el más antiguo. La Angostura sólo sirve para turismo: un lujo del subdesarrollo. El Cajón, en Burruyacu, es una pieza arqueológica abandonada. Y Los Pizarro está casi abandonado y subutilizado.

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