Con su magia beatle, Paul McCartney llevó al delirio a más de 45.000 fans

Con su magia beatle, Paul McCartney llevó al delirio a más de 45.000 fans

El músico ofreció en el Monumental un concierto vibrante y nostálgico, colmado de momentos emotivos. Durante tres horas, el artista habló varias veces en español, cantó temas inolvidables y hasta flameó una bandera argentina

EN BUENA FORMA. Junto a Rusty Anderson, Paul McCartney demostró que aún tiene plenitud física para bailar y saltar. El público lo ovacionó. FOTOGRAFIAS DE DYN EN BUENA FORMA. Junto a Rusty Anderson, Paul McCartney demostró que aún tiene plenitud física para bailar y saltar. El público lo ovacionó. FOTOGRAFIAS DE DYN
11 Noviembre 2010
BUENOS AIRES.- River fue una fiesta. Y los seguidores del ex beatle Paul MacCartney la vivieron a pleno. Y es que el músico británico protagonizó anoche un concierto vibrante, nostálgico y colmado de momentos emotivos para las 45.000 personas que asistieron al estadio y corearon, una a una, las canciones durante las casi tres horas de show.

El ex beatle habló varias veces en español, flameó una bandera argentina, recurrió a fuegos artificiales y manejó a la perfección el delirio de una multitud dispuesta desde el primer momento a vivir una noche de celebración.

Con puntualidad británica, el músico comenzó el recital a las 21 con un "Hola Buenos Aires" y los primeros acordes de "Venus and Mars", de su época de Wings, el primer grupo que formó tras la separación de Los Beatles. "¡Qué calor!", exclamó enseguida, haciendo el gesto de quemarse uno de sus dedos, tras pasárselo por la lengua y "tocar" a un ardiente público.

El tiempo parece no pasar para McCartney, dueño de una voz privilegiada, intacta pese a los años, y una plenitud física que le permitió bailar y saltar en diferentes pasajes de concierto.

Sus fanáticos cumplieron cada una de las órdenes enviadas desde el escenario. Cuando llegó el momento de "Hey Jude", por ejemplo, McCartney hizo corear a los espectadores por sectores, y todos respetaron la indicación. En otro momento, utilizó la misma guitarra con que en los años 60 grabó "I've Got a Feeling", junto a los Beatles, y la canción pareció sonar igual que en los viejos discos. También recitó en español parte de un poema que a los 11 años aprendió en la escuela de Liverpool.

El músico estuvo acompañado por Rusty Anderson en guitarra, Brian Ray en guitarra y bajo, Paul "Wix" Wickens en teclados, guitarra y armónica, y Abe Laboriel Jr. en batería.

La noche tuvo varios homenajes, especialmente a John Lennon y George Harrison cuando cantó "A Day in the Life" y "Give Peace A Chance", en forma enganchada, y "Something", que provocó la emoción del público. Los espectadores, entre los que estuvieron el gobernador bonaerense Daniel Scioli, su esposa Karina Rabollini, y el senador José Pampuro, también corearon estribillos de temas como "Obladi, oblada", del "Album Blanco" de los Beatles, que agudizó el clima festivo en el estadio de Núñez. Otro de los famosos que asistieron a la cancha fue Charly García, que fue ovacionado por el público.

Durante el show McCartney utilizó bajo, guitarra y piano, aunque también alternó con mandolina y ukelele en algunas de sus canciones. También hubo tramos acústicos con canciones como "Blackbird", entre otros temas. "¡Gracias, che!" y "¡Oh, dios mío, qué público!", fueron algunas de las expresiones en español de McCartney, quien hoy se despedirá con el segundo y último show en Buenos Aires.

La cancha estuvo adornada para la ocasión. Globos celestes y blancos y un enorme trapo con la cara de Paul en el que se leía "Welcome" llegaron a apreciarse antes de que se apagaran las luces y comenzaran a brotar muchas de las melodías que cambiaron la sonoridad del mundo.

Toda esta euforia, sumado a la trayectoria del cantante, hizo que la fiebre alcance límites poco vistos: las entradas, agotadas, llegaron a ofrecerse hasta en 8.000 pesos en la reventa. Por su parte, la viveza de algunos trapitos (cuidacoches) de cobrar tarifas superiores a los 120 pesos para estacionar, terminó con algunos de ellos detenidos. Sin embargo, estos incidentes no alcanzaron a opacar una noche plena de ritmo y nostalgia. (Especial-DPA-Télam-DyN)

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