26 Octubre 2010
MISTERIO. Argañaraz desapareció el 31 de agosto de 2006. LA GACETA / ARCHIVO
El futuro procesal de las ex novicias Susana Acosta y Nélida Fernández, condenadas por el crimen de la docente Betty Argañaraz, quedó seriamente comprometido. Ayer, la Corte Suprema de la provincia ratificó la sentencia que habían emitido en diciembre de 2009 los vocales de la sala V de la Cámara Penal. Así, salvo que el expediente llegue al máximo tribunal de la Nación, las ex religiosas deberán cumplir la pena de 20 años de prisión. Además, se confirmó la absolución de Luis Fernández, hermano de Nélida.
La mañana del 31 de julio de 2006, Betty salió de su casa, situada en El Manantial, rumbo al colegio Padre Roque Correa. Iba a asumir como directora. Pocas personas sabían eso; se cree que Acosta y Fernández eran algunas de ellas, y que como la primera tenía ansias de llegar al cargo, decidieron matarla.
Esta hipótesis de los investigadores jamás pudo ser confirmada, porque el cuerpo de la víctima no fue hallado aún y las condenadas se mantienen en silencio.
Cambio sobre la marcha
El año pasado, los vocales Alfredo Barrionuevo, Emilio Páez de la Torre y Carlos Roldán Vázquez juzgaron a Acosta y a los hermanos Fernández. Todos iban imputados de homicidio agravado.
Durante los alegatos, el fiscal de Cámara, Edmundo Botto (ya jubilado) cambió la acusación para Luis Fernández, pues, según él, sólo había elementos para sostener un posible encubrimiento.
El tribunal decidió absolverlo, debido a que -por ley- no podía declarar contra su hermana. En cambio, las ex novicias fueron condenadas a 20 años de prisión (con voto en disidencia del vocal Roldán Vázquez) por el delito de homicidio simple.
Ayer, la Corte confirmó el veredicto. De esta forma, rechazó el planteo de la fiscala de Cámara, Juana Prieto de Sólimo (quien reemplazó a Botto) para que los tres procesados recibieran prisión perpetua. También obvió el pedido de la defensora, Carolina Epelbaum, quien solicitaba también la absolución de las ex novicias.
Por ahora, las cosas quedaron como estaban.
Las condenadas aún tienen la posibilidad de presentar, mediante su abogada, un recurso extraordinario para que la Corte de la Nación revise el fallo.
La mañana del 31 de julio de 2006, Betty salió de su casa, situada en El Manantial, rumbo al colegio Padre Roque Correa. Iba a asumir como directora. Pocas personas sabían eso; se cree que Acosta y Fernández eran algunas de ellas, y que como la primera tenía ansias de llegar al cargo, decidieron matarla.
Esta hipótesis de los investigadores jamás pudo ser confirmada, porque el cuerpo de la víctima no fue hallado aún y las condenadas se mantienen en silencio.
Cambio sobre la marcha
El año pasado, los vocales Alfredo Barrionuevo, Emilio Páez de la Torre y Carlos Roldán Vázquez juzgaron a Acosta y a los hermanos Fernández. Todos iban imputados de homicidio agravado.
Durante los alegatos, el fiscal de Cámara, Edmundo Botto (ya jubilado) cambió la acusación para Luis Fernández, pues, según él, sólo había elementos para sostener un posible encubrimiento.
El tribunal decidió absolverlo, debido a que -por ley- no podía declarar contra su hermana. En cambio, las ex novicias fueron condenadas a 20 años de prisión (con voto en disidencia del vocal Roldán Vázquez) por el delito de homicidio simple.
Ayer, la Corte confirmó el veredicto. De esta forma, rechazó el planteo de la fiscala de Cámara, Juana Prieto de Sólimo (quien reemplazó a Botto) para que los tres procesados recibieran prisión perpetua. También obvió el pedido de la defensora, Carolina Epelbaum, quien solicitaba también la absolución de las ex novicias.
Por ahora, las cosas quedaron como estaban.
Las condenadas aún tienen la posibilidad de presentar, mediante su abogada, un recurso extraordinario para que la Corte de la Nación revise el fallo.
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