24 Octubre 2010
Ávida espera de las "mila". LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
- "Comés dos milas al mediodía y ya podés tirar hasta la noche", dice un taxista.
- "Para que coman con menos aceite, frité milanesas y les hice varios sánguches en la casa con verdura, mayonesa y savora, pero los comieron sin ganas porque dicen que no tienen el mismo gusto que en el bar", señala una madre.
- "Para mí es como la nafta que le da fuerza al auto, que querés que te diga". Otro taxista
- "Tengo dos varones que me matan si no les llevo por lo menos tres a la noche", asegura un mensajero.
- "Cuando nos quedamos en la facultad a estudiar, hacemos una pausa para comernos unas milanesas con mucha mayonesa y ají", cuenta un universitario.
- "¿A quién no le gusta comer una mila con la mayonesa ?chorriando?? El que dice lo contrario, miente", exclama un vendedor ambulante.
- "Con mis compañeros coincidimos en que es lo más práctico y llenador cuando tenemos que cubrir una guardia", sostiene un joven médico.
- "Con mis amigos del laburo vamos todos los viernes a algún bar. Uno, cuando mucho, pide una hamburguesa o un lomito. Todos los demás, ¡mila, papá!", vocifera un empleado de comercio.
- "Para que coman con menos aceite, frité milanesas y les hice varios sánguches en la casa con verdura, mayonesa y savora, pero los comieron sin ganas porque dicen que no tienen el mismo gusto que en el bar", señala una madre.
- "Para mí es como la nafta que le da fuerza al auto, que querés que te diga". Otro taxista
- "Tengo dos varones que me matan si no les llevo por lo menos tres a la noche", asegura un mensajero.
- "Cuando nos quedamos en la facultad a estudiar, hacemos una pausa para comernos unas milanesas con mucha mayonesa y ají", cuenta un universitario.
- "¿A quién no le gusta comer una mila con la mayonesa ?chorriando?? El que dice lo contrario, miente", exclama un vendedor ambulante.
- "Con mis compañeros coincidimos en que es lo más práctico y llenador cuando tenemos que cubrir una guardia", sostiene un joven médico.
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