La campaña de soja será la más atípica de las últimas temporadas

La campaña de soja será la más atípica de las últimas temporadas

La soja, el tercer cultivo en importancia de nuestra provincia, con un ingreso anual de $ 662 millones, deberá resignar terreno en la campaña por venir, para compensar los efectos nocivos de una plaga que, por ahora, ataca solamente a la oleaginosa que se cultiva en la región. El favorecido será el maíz, pero la política agropecuaria nacional no brinda seguridades para el desarrollo de este grano.

EL ENEMIGO PUBLICO NUMERO UNO DE LA SOJA. El Rhyssomatus subtilis Fiedler, o picudo negro, tiene en jaque a la producción de granos de la región. LA GACETA / ARCHIVO EL ENEMIGO PUBLICO NUMERO UNO DE LA SOJA. El Rhyssomatus subtilis Fiedler, o "picudo negro", tiene en jaque a la producción de granos de la región. LA GACETA / ARCHIVO
19 Septiembre 2010
La proyección de la próxima campaña de granos gruesos en Tucumán preanuncia un crecimiento importante del área de maíz en detrimento de la soja, en parte para combatir los efectos indeseados del "picudo negro", un escarabajo que en el mundo sólo tiene presencia en el NOA. Siguiendo el plano productivo, se espera un ciclo dependiente de los factores climáticos, en especial de La Niña que en la Argentina es sinónimo de escasez de lluvias. Los especialistas porque desconocen qué volumen de precipitaciones recibirán los cultivos en el momento de la floración.

El problema del "picudo negro" ya está instalado en el ámbito granario de la provincia. El ministro de Desarrollo Productivo, Jorge Gassenbauer, sostuvo que la única solución para evitar el ataque de este escarabajo es rotar soja con maíz. "Seguramente el año que viene tendremos mucha menos soja sembrada y más maíz", adelantó. Los productores están en épocas de definiciones, porque el inicio de las siembras de soja y de maíz está prácticamente encima. La soja se empieza a cultivar en Tucumán a partir del 20 de noviembre, si las condiciones de humedad de los suelos lo permiten, mientras que el maíz se siembra desde el 10 de diciembre.

El consultor agropecuario Oscar Ricci comentó que tanto para la soja como para el maíz se esperan buenas perspectivas en el plano internacional, con precios tonificados, aunque difícilmente los productores tucumanos puedan beneficiarse con esta coyuntura. "Esperamos no tener mal precio internacional, porque ha subido el maíz por efecto de una mayor demanda. Tenemos un escenario de seca en el cono sur, a lo que se suma la sequía en Rusia y la mayor demanda de maíz a causa de que se lo emplea para elaborar etanol, de manera que soy optimista en cuanto al precio", subrayó el experto.

Ricci coincidió con que habrá un cambio en la estrategia habitual de siembra de granos en Tucumán a raíz del "picudo negro", que ataca los campos con soja. "Lo ideal es rotar al maíz, pero con esta alternativa también se presenta un problema, ya que se suele obtener el doble de volumen de este grano por hectárea que con la soja. Entonces, habrá problemas logísticos para el acopio de maíz, porque no alcanzarán los silos existentes, y para el transporte de las cargas, porque ni los camiones ni el tren darán abasto", precisó.

Para colmo, se suma otra cuestión de costos. Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina, calculó que sigue siendo más barato sembrar una hectárea de soja que una de maíz y eso vuelve a conspirar con la necesaria rotación de cultivos primavera-verano que necesitan los suelos argentinos. Para Ambrosetti, una hectárea de soja tiene un costo cercano a los U$S 300 y una de maíz a los U$S 430.

Otro nubarrón que visualizan los productores tucumanos es la incertidumbre que les plantea la política agropecuaria que despliega el Gobierno nacional.

"Además de los problemas logísticos, los agricultores vislumbran que no hay certezas sobre la comercialización del maíz, porque no se sabe de qué manera se podría desarrollar la exportación del grano. En concreto, ni los productores ni los exportadores saben cuándo podrán enviar al exterior los granos, de manera que hay que contemplar dónde mantenerlos en depósito, y eso complica más el panorama", destacó Ricci. "Las trabas para la exportación subsisten en la Argentina, y también está el hecho concreto de que al Gobierno nacional le favorece una gran producción de soja, porque en esta oleaginosa se asienta el grueso del aporte económico que realiza el campo argentino a las arcas fiscales nacionales", apuntó el especialista. "La estrategia para los próximos meses en Tucumán es que crezca el área con maíz, que en la temporada pasada fue de 50.000 hectáreas, mientras que en la campaña por venir podría trepar a algo más de 60.000 hectáreas, siempre en detrimento de la superficie con soja, que cederá también a la caña", concluyó Ricci.

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