La impaciencia, el peor enemigo

La impaciencia, el peor enemigo

La ira de algunos hinchas contra jugadores y el cuerpo técnico fue un golpe que Hrabina todavía no entiende

CERO CALMA. Algunos hinchas de Atlético descargaron su bronca contra el cuerpo técnico y el equipo tras la derrota con Unión. No tuvieron paciencia. CERO CALMA. Algunos hinchas de Atlético descargaron su bronca contra el cuerpo técnico y el equipo tras la derrota con Unión. No tuvieron paciencia.
15 Septiembre 2010
Para qué entrar en eso del lavado de cabeza grupal después de una derrota. Mejor es entrar de lleno a programar el futuro, a pensar en Gimnasia de Jujuy. Lo otro, la amarga derrota en el Monumental, 1 a 0 contra Unión, ya fue. De nada sirve renegar o buscar excusas; ya es tarde para eso. Por eso, cuando el plantel de Atlético se reencontró ayer en el predio de UTA, las prioridades de Enrique Hrabina pasaron por otro sector del campo laboral "decano". Se habló, sí, pero lo justo y necesario, comentó luego el DT, dolido por un tema que sabe manejar, como son los insultos. Y no le molesta tocar el tema.

"Las razones de lo que pasó el domingo están claras. Ya se charló con los jugadores (de nada del otro mundo) y empezamos a preparar el partido del domingo en Jujuy. Queremos volvernos con los tres puntos, por eso Gimnasia es más importante que lo otro", le explicó el entrenador a LA GACETA, mientras seguía atentamente los ejercicios que había propuesto a sus dirigidos en el predio de San Andrés.

La historia estaba casi aclarada, en cierta forma. Todavía faltaba algo en el tintero del "Vikingo". "La reunión apuntó hacia todos los aspectos. Es decir, dónde estuvieron los errores, pero también hablamos de las virtudes que tuvimos como equipo, que debe mantener el buen ánimo. Atlético siempre intentó y jugó por momentos bien al fútbol. Lástima que cuando arriesgamos el rival nos pegó", cerró el DT bajo siete llaves la derrota con el "tatengue".

Golpes que no sirven

Hombre de hacha y tiza en Boca, Hrabina entendió en su época de jugador "xeneize" la necesidad que se tiene de ganar todos los fines de semana. También, se aferró al lema de los oídos sordos cuando el público descarga la ira contra ellos. "Los insultos no fortalecen ni nada. Hay que tomarlo como lo que son, una falta de respeto. Uno viene acá a trabajar y a dar lo mejor", expresó "Quique".

"No me van ni vienen, pero creo que ese tipo de actitudes le hacen mal al club, al equipo. Los insultos te sacan del partido, te hacen perder la concentración sin razón alguna. No se gana nada con eso", insistió.

"A los jugadores hay que alentarlos sobre todas las cosas. Si los insultos hacia mi persona y a los muchachos son parte del folclore del fútbol, me parece que estamos equivocados. Algo está mal", aseveró Hrabina, con la cintura necesaria para decir: "ojo, a mí no me llegan. Yo trabajo para hacer bien las cosas. Pero no me siento merecedor de eso".

"En fútbol, los resultados son los que mandan, son las reglas de juego. Pero uno tiene que mantener la calma y ser coherente", recalcó.

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