Fueron al motel y a la salida Rentas les pidió las facturas

Fueron al motel y a la salida Rentas les pidió las facturas

Inspectores y policías paran a clientes de un albergue transitorio a la vera de la ruta 309

IN FRAGANTI. Los inspectores de Rentas esperaron a los clientes de los albergues transitorios para saber si les entregaron facturas por los servicios. IN FRAGANTI. Los inspectores de Rentas esperaron a los clientes de los albergues transitorios para saber si les entregaron facturas por los servicios.
29 Agosto 2010
Era tan agradable el clima de ayer -a las 20 el termómetro marcaba 25 grados- que la misma noche les pedía salir a probar el amor en un escenario diferente. Pedro y Marisa -los nombres son ficticios para preservar la intimidad- salieron de la casa, se subieron al auto y fueron a Stop, un hotel alojamiento ubicado en la ruta 309. "A pasarla bien", se dijeron, enamorados. Finalizada esa hora de pasión y cariño, se retiraron del motel relajados, renovados, dispuestos a cenar algo rico y así consagrar el momento. Pero nunca imaginaron lo que los esperaba a la salida: una camioneta de la Dirección General de Rentas, inspectores y policías. Asustados, pararon el auto a pedido de uno de los agentes, que les solicitó, no sólo la boleta del servicio de alquiler de la habitación, sino también las facturas pagadas del impuesto Automotor correspondientes a 2010.

Pedro y Marisa volvieron a casa contrariados, absortos.

LA GACETA estuvo en el lugar e intentó dialogar con los inspectores, pero dijeron que no darían declaraciones. "Este operativo no es público", se excusó una agente desde el interior de la camioneta de Rentas, estacionada en la vereda del motel. "Tienen que hablar con el director (Pablo Clavarino)", aseveró. Y Clavarino le dijo a LA GACETA: "a esto lo anunciamos hace un mes: les vamos a pedir los tickets y las facturas a todos los comercios de todos los rubros, y esta actividad no es la excepción". En Rentas avanzaron con los controles ante la presunción de que la declaración de la base imponible es relativamente baja respecto del nivel de facturación presunta. Clavarino reconoció que, en paralelo, se efectúan los controles al pago del impuesto Automotor.

Inés, propietaria de Stop, dijo que nunca, en los 31 años de actividad del albergue transitorio, se efectuó un operativo tan agresivo. "Me acuerdo que en 1982 la DGI hizo una inspección masiva en los albergues transitorios, pero el inspector al menos tenía la delicadeza de estar dentro del establecimiento. Ahora están desde las seis de la tarde de ayer (el viernes) con una camioneta, espantando y asustando, no sólo a los clientes, sino también al personal", se quejó Inés, que no quiso dar su apellido por temor a represalias de índole fiscal. "Nosotros tributamos todo lo que nos exigen. Sólo en impuestos pagamos un 36% de la recaudación, además de un canon de $ 150 por habitación para Rentas y otros $ 70 para la Municipalidad (Las Talitas)", afirmó la mujer. Sobre esa misma ruta funcionan otros tres albergues del tipo, donde no se estaban realizando controles como el de Stop.

"Nosotros (la Cámara de Hoteles Alojamiento) hicimos una denuncia por la cantidad de hoteles truchos que cobran por hora, pero a ellos no les hacen controles. Además del perjuicio económico que provoca esto, porque al ver semejante puesta muchos no quieren entrar, es una falta de respeto. Nunca nos quejamos de los que nos cobran, pero nos indigna que nos traten de esta forma", bramó Inés. "Somos gente de laburo", insistió.

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