La 24 de Septiembre es un disparate urbanístico

Día y noche es un hervidero. El gentío persigue la prisa y el ejército de autos marcha frenético. La 24 de Septiembre, una de las calles más importantes de la capital, se ha convertido en un caos urbanístico. Al menos en el trecho comprendido entre Salta y 25 de Mayo, donde las edificaciones avanzan zigzagueantes sobre la vereda, ignorando la vieja ley de retranqueo.

Un edificio en construcción, situado a metros de la esquina de Junín, una propiedad colindante y un local dedicado a la venta de artefactos sanitarios, ubicado en la cuadra siguiente, son sólo algunas de las propiedades que le otorgan a la vereda norte el aspecto de un serrucho. Pero fue el edificio en obras el que generó la reacción de algunos vecinos, que cuestionaron que no se promueva el retranqueo, pensado en la década del 60 y luego circunscripto en los años 90.

"Si bien el ensanche se venía efectuando lentamente, ahora es imposible seguir", escribió la lectora Hebe Salgado, en un e-mail enviado oportunamente a nuestra Redacción. Al igual que ella, otros ciudadanos reaccionaron. "Esta calle representaba una de las pocas posibilidades de progresar en el futuro", añadió Avelino Raúl San Martín. El lector José Ignacio Longo también manifestó su inconformismo. "Deberían haber continuado con el retranqueo de cuatro cuadras, para ganar un carril y para tener veredas más cómodas", opinó.

Sin embargo, desde la Municipalidad se aclaró que la urbanización de la polémica se encuentra a la altura del 800, donde no rige la norma que obliga a que el muro de las fachadas se remeta. "Durante la gestión del ex intendente Rafael Bulacio se decidió que únicamente se exigirá su cumplimiento en las cuadras comprendidas entre Junín y Muñecas", explicó el arquitecto Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana.

"Nuestra gestión no está violando ninguna ordenanza", prosiguió. "Hay varios domicilios de valor patrimonial sobre la 24 de Setiembre a los que no se los podía modificar; por ello, nos pareció acertada la reducción", justificó, y enumeró a la escuela Rivadavia, al Archivo de la Provincia, al colegio Santa Rosa y al Museo Folclórico, entre otros.

"Las características funcionales de la ciudad actual son distintas a las que estaban vigentes cuando se pensó el retranqueo. Consideramos que la realización de la avenida 24 de Setiembre no mejorará sustancialmente el problema del tránsito, porque el volumen del parque automotor es muy grande", conjeturó el funcionario, y agregó que el objetivo de la Municipalidad es alentar la llegada de los peatones al centro y desalentar la circulación vehicular.

"La tendencia en las grandes ciudades es descentralizar. Y eso estamos buscando. Queremos conservar las características del sector comprendido dentro del casco histórico", indicó.

Desde la vereda contraria, el arquitecto y urbanista Julio Middagh considera que la idea de la avenida era de excelencia. "Se anticipaba a conflictos futuros", expresa. "Esa arteria hubiese resultado fundamental para el desarrollo de la capital", continúa.

De hecho, Middagh revela que el Colegio de Arquitectos -cuya presidencia ejerció hasta el año pasado- radicó una denuncia en la Municipalidad en contra del edificio que se está erigiendo en la esquina norte de 24 de Septiembre y Jujuy, porque avanza sobre la vereda. Sin embargo, la presentación no prosperó. "Es una aberración que se permita que cada ciudadano haga lo que quiera sobre esa arteria. Si bien no se continuará con el retranqueo, se debería mantener la obligación de construir algunos metros hacia atrás", propone.

Desde su estudio (una habitación pletórica de maquetas, al sur de la capital), el también urbanista Rolando Piñero hace oir su parecer. "Hace 40 años, hubo quienes se ilusionaron con una gran avenida. Para hacerla, rompieron el corazón de la capital. Si supieran que fue en vano", se lamenta.

Piñero dice que se perdió para siempre ese proyecto porque Tucumán carece de una planificación estratégica. "Acá se improvisa y no se respeta lo que se hizo durante la gestión anterior. De hecho, nadie sabe cómo será la provincia en unos años", concluye. LA GACETA ©