"Ahora cumplo años dos veces: en agosto y en noviembre"

"Ahora cumplo años dos veces: en agosto y en noviembre"

Un estudiante se enfrentó a ladrones que habían entrado a su casa y recibió dos tiros. Delincuentes entraron a una casa y redujeron a tres jóvenes. Uno de ellos los enfrentó. Heridas en la cabeza y en la espalda.

PENSE QUE PASABA DE LARGO. Gabriel pasó una madrugada de terror. Ahora, se recupera en su casa. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO "PENSE QUE PASABA DE LARGO". Gabriel pasó una madrugada de terror. Ahora, se recupera en su casa. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
09 Agosto 2010
"Tendré que acostumbrarme a vivir con una bala adentro mío", dijo Gabriel Guanca Cossa, un joven de 24 años que el sábado recibió dos disparos cuando unos delincuentes asaltaron su casa, en Ciudadela Sur. Uno de los proyectiles quedó alojado en su cuerpo.

Gabriel es oriundo de Trancas y estudia Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Tucumán. El sábado, a las 4.30, se despertó cuando un delincuente lo tenía encañonado, frente a frente. "No escuché ningún ruido. Abrí los ojos y tenía una pistola apuntándome", contó el muchacho.

Los dos ladrones habrían roto la reja de una de las ventanas que da hacia la calle, en Florida 1.432. Como las habitaciones están atrás, ninguno de los habitantes de la vivienda escuchó cuando ingresaron. "Me desperté porque la perrita ladraba. Pude divisar unas sombras en la oscuridad", comentó Luis Vega (29), quien dormía en su cuarto junto a Yessica Guanca Cossa (22), hermana de Gabriel.

Vega consiguió cerrar la puerta de su dormitorio. Por eso, tomaron a Gabriel y le ordenaron que les pidiera a su hermana y a su cuñado que los dejaran pasar. Una vez dentro de la habitación, usando trenzas de zapatillas, ataron de pies y manos a los hombres y dejaron que Yessica permaneciera en la cama. "Nos pedían que les demos dinero, cámaras de fotos y cosas así. Pero nosotros no tenemos nada de eso", contó el estudiante.

Ante la desesperación, Gabriel se vio obligado a actuar rápido.

Le imploró a uno de los asaltantes que lo tapara, pues tenía frío. El delincuente aceptó y lo cubrió con una colcha de lana. Eso le sirvió al joven para que se desatara sin despertar sospechas. "Uno de los ladrones revisaba la casa y el otro se quedó en la habitación. Cuando se descuidó, me abalancé sobre él e intenté quitarle la pistola", comentó Gabriel.

El estudiante comenzó a forcejear con el delincuente; de pronto, se produjo un disparo que hirió en la cabeza al joven. "Quedé aturdido. Sentí que me sangraba la cabeza y pensé: ?ya estoy jugado?; por eso, seguí luchando con el ladrón", contó.

Según el relato de las víctimas, el otro delincuente se sumó a la pelea. Al verse superado, Gabriel regresó al dormitorio de su hermana. "Sentí que una bala me perforaba la espalda. Cerramos la puerta de la habitación y la mano de uno de los tipos quedó atrapada. Después, hicieron otro disparo, que dio contra la pared, y se fueron", dijo. Los asaltantes tomaron los juegos de llaves y dejaron encerrados a los tres jóvenes. Ya tenían el botín: unos $1.000, una computadora, teléfonos celulares y ropa.

El escape

Vega trepó la pared del patio y saltó a la casa de unos vecinos, que consiguieron abrir la puerta y subir a Gabriel a un taxi. "Pensaba que pasaba de largo. En el mejor de los casos, creía que iba a estar internado varias semanas, a la espera de un transplante o algo así", contó el joven.

"Los médicos me dijeron que fue un milagro. La bala podría haber tocado la columna o haber destrozado órganos vitales", dijo Emilia Cossa, madre de Gabriel. El primer disparo le había producido una herida superficial en el cuero cabelludo, por lo que tuvieron que realizarle cuatro puntos de sutura.

Sin embargo, el proyectil que ingresó por la espalda preocupó a los médicos. "Me hicieron una primera radiografía, donde parecía que la bala había tocado la columna. Ahí me ?quebré? y me asusté. Después hicieron una radiografía lateral y vieron que estaba en el músculo, y que no había tocado la columna. Ahí empezó la fiesta", contó Gabriel, entre risas, ya en su dormitorio. "Desde ahora, festejaré dos cumpleaños al año: uno en agosto y otro en noviembre", dijo.

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