"Con mi mamá fuimos a la sala cuna a regalar juguetes"

"Con mi mamá fuimos a la sala cuna a regalar juguetes"

Pamela solidaria. Play, compu y camisetas de fútbol. Fiesta en familia.

08 Agosto 2010
Distintos tipos de reacciones tuvieron los niños cuando fueron interrogados sobre cuál fue el mejor de sus días.

Eliana dijo que pasó "un Día del Niño de diez cuando el año pasado fuimos con mis amigas al cine, después comimos unos panchos inmensos con mucha mayonesa y paseamos por el shopping. Nos divertimos como locas. Y bueno... ya era la última fiesta de estas porque ahora tenemos 11 años", dice, agrandada. Para Lucas, "el regalo de una bicicleta me dio otra diversión: ahora hacemos carreras con mis compañeros de la escuela por las calles del barrio". Otro obsequio más costoso recibió Conrado: "una play station con la que me mato jugando con mis amigos". También Maximiliano tuvo el mismo regalo "y ese mismo día jugué dos partidos con mi papá y le gané ¡es una masa!". Más modestos, Valentina, de ocho años, valora el día que le regalaron un peluche, y Evelyn y Santiago rescatan la celebración del año pasado en familia.

Los obsequios relacionados con el fútbol tienen un significado especial para los varones. Así, Ramiro muestra un brillo especial en sus ojos cuando cuenta que "lo mejor fue hace dos años, cuando mi papá me llevó a conocer el Museo de la Pasión Xeneize, en la cancha de Boca, y me compró la camiseta del equipo titular. ¡Casi no la uso para no gastarla!", exclama. Facundo, a su vez, recibió en 2008 sus primeros botines con los colores de Atlético, y Matías se "copó" con una camiseta del "santo".

Quien tiene una visión solidaria es Pamela: "la verdad es que siempre me hicieron lindos regalos mis padres y mis tíos, no me puedo quejar. Pero lo mejor para mi corazón me pasó hace dos años, cuando fui con mi mamá a la sala cuna a dejar juguetes. Los chiquitos quedaron muy contentos y yo muy emocionada", recordó. Nicolás se acuerda con cariño del regalo que le dieron cuando tenía cinco años: un jeep a batería. "Apenas recibí mis patines, salí a la vereda a estrenarlos, y cuando me estaba cayendo por suerte un vecino me ayudó", evoca Rocío. Mauricio, en tanto, dijo que "no podía creer cuando bajaron en mi casa la ?compu? que tanto había pedido".

Comentarios